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"Hay políticos que pretenden figurar más que los actores"

  • Entrevista. Carlos Rosado Cobián, de pasado político y al frente de la Spain Film Comission, trabaja en conseguir rodajes de cine y audiovisuales en Andalucía y Cádiz

Carlos Rosado Cobián fue el impulsor de la Andalucía Film Comission y ahora preside también la Spain Film Comission. Nacido en Málaga, en 1951, “por un accidente”, porque su madre fue allí a dar a luz, afirma que “a todos los efectos soy de Cádiz, aquí estoy empadronado y aquí pago mis impuestos, aunque he vivido en muchos sitios”.

La infancia son recuerdos de una serie de escenas, y las de Carlos Rosado remiten a su domicilio en la calle San José “casi esquina con Ancha”, y a como aprendió a montar en bicicleta en la plaza de San Antonio, y a sus estudios en el colegio de San Felipe Neri. “Una tontería –rememora-, recuerdo una tarde las sirenas en Cádiz porque había salido ardiendo un barco en el muelle. También cuando iba al puerto a recibir al ‘Virginia de Churruca’, un barco de la naviera Ybarra, que hacía el trayecto entre América y Cádiz, porque mi padre era cubano, y tenía un amigo que era sobrecargo en el barco, que le traía los aguacates, que en España no se conocían entonces”.

Una historia muy gaditana también esa de tener un padre cubano, médico e hijo de otro médico que se casó por poderes –otra escena de época– con su abuela gaditana. “Mi padre se vino aquí a estudiar la carrera de Medicina, y ya nunca se fue. Era pediatra”.

Sin embargo, Carlos Rosado, no siguió la tradición médica paterna sino la de la abogacía y la política por parte de madre, madrileña. Su bisabuelo materno, Eduardo Cobián, fue ministro de Marina y de Hacienda, y murió siendo gobernador del Banco de España. Tanto revoltijo genético se traduce sin embargo en que él afirme siempre que sus “raíces” están en Cádiz: “Esta es mi casa y aquí volveré siempre. Esta ciudad está ahora bien,ha mejorado mucho desde el punto de vista de su puesta en escena”, asegura con deformación profesional de cineasta. muy satisfecho de la vida que ha llevado y lleva. Si eso no fuera bastante para envidiarlo, sólo hace falta entrar en la casa que tiene en la Plaza de España y asomarse al balcón que da a Cádiz. Y se comprende entonces que con por qué insiste siempre en que ha ejercido, ejerce y ejercerá de gaditano.

-Sabemos que es usted abogado, pero no se le conoce precisamente por eso.

-Pues yo he ejercido siempre, y sigo siendo miembro del Colegio de Abogados de Cádiz. He ejercido también en Sevilla. Me di de alta en Cádiz en el año 78, y siempre he estado dado de alta.

-Es que se dio de alta casi antes como político que como abogado.

-Je, pues sí, más o menos. En épocas en que estaba dedicado a la política u otras cosas no ejercía, pero siempre mantuve la actividad. El despacho de Sevilla lo tuve abierto mucho tiempo. Por cierto, que ese despacho lo abrí con Javier Arenas, en tiempos de la UCD y del PDP. Él luego se dedicó a la política y yo seguí como abogado.

-Pero si usted se dedicó a la política en Cádiz desde joven.

-Bueno, yo entré en política en Madrid, donde estudiaba, en el año 74 y me afilié a Izquierda Democrática, que era un partido, clandestino entonces que presidía Joaquín Ruiz Giménez. En el 77, yo volví a Cádiz por razones familiares, porque muere mi padre, y entré en contacto con los que estaban en la democracia cristiana entonces, Moncho Pérez Díaz Alersi y otros… y en el 79 me incluyen en las listas municipales de Cádiz, donde fui concejal, y teniente de alcalde. Pero enseguida, Pedro Valdecantos, al que nombraron consejero de Agricultura de la Junta preautonómica, en el 79-80, me nombró secretario general de la consejería, y yo no tenía ni idea de Agricultura, je. Ahí empezaron a evolucionar las cosas. Me eligen secretario general de la UCD de Andalucía en el verano del 80, y cuando se forma la comisión de redacción del Estatuto de Andalucía me designan representante de UCD. Fui uno de los siete ponentes del Estatuto. Y luego ya fui evolucionando. Fui diputado por Cádiz en las elecciones del 86, por el PDP, yo representaba a los democristianos, pero duré muy poco…

-La democracia cristiana no tuvo mucho éxito en España.

-No, porque era producto de la época. Cuando empezaron a encajar las fuerzas, no había espacio para ella. Las fuerzas se fueron decantando. Yo nunca he sido una persona de derechas y en el 87 renuncié a mi acta de diputado porque mientras yo me decantaba hacia el centro izquierda mis compañeros lo hacían hacia el centro derecha. Y dejé la política activa.

-Pero su nombramiento inmediato como consejero de la RTVA fue también político, por su partido.

-Fui como independiente. Me propuso Javier Arenas, pero no me adscribí a ningún grupo, y fue el último contacto que tuve con la política. Estuve cuatro años en Canal Sur y ya más tarde, en el año 94, he tenido dos cargos públicos más. Fui consejero del Consejo Consultivo de Andalucía durante seis años, y luego fui otros seis secretario general de la RTVA.

-O sea que fue un abandono relativo de la política porque todos esos son nombramientos políticos.

-Sí, bueno… dejé la política partidaria, por así decirlo, y tuve algunos cargos públicos, pero bueno, ninguno era por razón de la ideología, sino que me eligió el Gobierno en los dos casos.

-Pues debe tener capacidad de llevarse bien con la gente, porque ese gobierno que le nombró era de izquierdas (PSOE).

-Bueno, es verdad que yo he ido evolucionando a lo largo de mi vida, hacia unas posiciones progresistas, esa es la verdad. Y me siento cómodo en ese espacio ideológico. Es verdad también que he tenido relaciones personales de amistad o de coincidencia personal con políticos del partido socialista. No he estado nunca en la pelea o trinchera política, lo que pasa es que claro, como yo era miembro de la comisión redactora del Estatuto, me concedieron la Medalla de Oro de Andalucía, tal… pues estaba siempre en el protocolo y colaborando y asesorando en muchas ocasiones.

-¿Y todo esto cómo desembarca en el mundo del cine?

-Pues como le he explicado, mi primera incursión fue a través del Consejo de Canal Sur. Luego empecé a asesorar a los profesionales desde el sector audiovisual. Y en el año 97-98 el director general entonces de Canal Sur me encomienda la dirección de una fundación audiovisual que yo le había propuesto, para que Canal Sur desplegara iniciativas de formación… y lo primero que le propuse al director general fue que creara la Andalucía Film Comission, la más antigua de España.

-Así dicho, parece un descubrimiento suyo.

-Yo llevaba ya años analizando los rodajes en el mundo, por pura afición personal. Me preguntaba qué es lo que hace que directores o productores elijan un lugar para rodar y qué ocurre en los territorios una vez que se rueda. Y esa filosofía me llevó a descubrir el fenómenos de las Film Comission, oficinas públicas que entonces nada más que existían en EEUU, y yo me recorrí medio mundo viendo como funcionaba esto. Y a partir de ahí, he desarrollado todo mi trabajo profesional desarrollado con el mundo del cine. Al final, es curioso después de hacer tantas cosas, esta es la actividad que más satisfacciones personales me ha proporcionado.

-Dígame un caso concreto en el que un rodaje haya tenido un impacto definitivo en un lugar.

-Pues hay varios. Por ejemplo, Titanic para mí fue un caso revelador. Yo hice un stage en México cuando entré en la FCI, la Asociación Mundial de Film Comission, y pude ver la historia de Titanic. Se ve cómo donde no había nada se construye toda una industria. Las escenas del mar, del naufragio, están rodadas en Rosarito, en la Baja California. Los productores iban buscando un mar no muy frío con poca contaminación lumínica… y montaron un plató acuático allí. Y transformaron la industria de la zona, se ha convertido Rosarito en un sitio muy potente. Y este es un caso muy paradigmático, pero hay otros muchos que me abrieron los ojos a esa idea de que hay que convencer a la industria cinematográfica de que vaya a rodar a tu tierra. El rodaje de El señor de los anillos en Nueva Zelanda, un sitio tan lejano, ha sido fundamental para un incremento exponencial del turismo, se crearon rutas sobre la película, los aviones de la compañía aérea se pintaron con los personajes de la película...

-¿Y eso podría ocurrir aquí?

-Bueno, yo creo que ya se ha producido en gran medida. Cuando empezamos nosotros, en el año 99, había 37 rodajes en Andalucía, y hemos pasado a más de mil en el año pasado. Lo que yo he intentado es convencer a los gobiernos, y a ayuntamientos como el de Cádiz, de que si se actuaba adecuadamente, con una estrategia de promoción por un lado y de respuesta eficiente por otro para el que viniera aquí, se lograban rodajes. Nosotros nos dedicamos fundamentalmente a la promoción del territorio, a contactar con los productores. Y se han producido rodajes muy importantes, y si nos referimos a los recientes, hay dos hitos básicos. Uno se ha producido ya y otro se va a producir dentro de poco, que yo creo que van a situar definitivamente a Andalucía como un centro de referencia: el primero fue el año pasado el rodaje de Exodus, la película de Ridley Scott, en Almería, que ha vuelto a poner en el mapa a Almería como sitio privilegiado de rodaje. Y luego, a principios de este año, nosotros hemos captado el rodaje de la serie más importante de la historia de la televisión como es Juego de tronos, que va a rodar inicialmente en Sevilla y en Osuna.

-Vistos los beneficios que usted cuenta, debe de haber hasta guerra sucia por conseguir rodajes.

-Digamos que hay competencia. Si te enteras de que va a rodar en un sitio también haces tu oferta. Y hay que trabajar con sigilo, porque si cuentas las cosas antes de tiempo se produce una especie de fiebre del oro y suben los precios, la gente se vuelve loca, y porque rueden en tu casa en vez de cobrar 10 quieres cobrar 100. Por eso nuestro trabajo es muy callado. Eso nos pasó con Ridley Scott en Almería, y con Juego de tronos, que estábamos todos muy callados y fue el embajador norteamericano el que largó la noticia. Una vez que la película se va a rodar, ya nuestro trabajo ha acabado y ya los ayuntamientos… Acuérdate de Knight and Day, de los toros corriendo por la calle Ancha.

-De lo que me acuerdo es de que se escaparon los toros...

-Sí, que llegaron hasta más allá del Parque. Bueeeno, pero eso que aquí fue motivo de broma, en Navarra habrían dado dinero por que se rodara allí. Yo estaba en Santiago de Chile cuando se estrenó la película, y en los carteles se veía la calle Ancha, y en las crónicas se hacía referencia a que se había rodado en Cádiz. Quiero esto decir que aunque se critique mucho otros casos, por ejemplo con la de James Bond eso de que Halle Berry simula que está en La Habana… hay millones de personas que saben que esa escena saliendo del agua, ya mítica para el cine y para la biografía de Halle Berry, se ha rodado en La Caleta…

-¿Seguro que la gente sabe que es Cádiz?

-No te puedes imaginar con qué precisión. El aficionado, muchos, se quedan a ver los títulos de crédito al final, en los que dicen donde se han rodado las escenas. Y en las redes sociales, por ejemplo, los fans de James Bond saben perfectamente que se ha rodado en La Caleta. Y al final tiene un impacto importante. Y siempre hay alguien que está aquí y al que tú le puedes recordar que la escena se rodó en La Caleta,igual que Alatriste, o Manolete. Es un atractivo más de la ciudad. Ahora con Juego de tronos lo veremos, que va a ser un atractivo extraordinario para Osuna.

-¿Cuál sería la película soñada para lograr ese efecto en Cádiz?

-Doy un paso atrás en tu pregunta si me lo permites. Yo creo que una ciudad como Cádiz, o como la Bahía tiene que explorar las posibilidades de una oferta específica para el mundo del cine. Porque sus condiciones son extraordinarias. Llevo tiempo pensando lo útil que sería para Cádiz si pudiera disponer de instalaciones audiovisuales potentes relacionadas con el mar. Los platós acuáticos en el mundo son muy pocos. En Europa sólo está funcionando actualmente el de Malta. Y creo que esta ciudad debería estudiar la posibilidad de abrir negocio en el mundo de los rodajes acuáticos y rentabilizar con un costo razonable de inversión privada y pública territorios ociosos donde pudieran instalarse plató d esta naturaleza. Porque al final uno no sueña con una película que lo resuelva todo sino como hacer del mundo del cine una industria sostenible y estable.

-¿Piensa dar la batalla con esto?

-Hombre, yo he pensado que la Administración pública, los ayuntamientos, o la Diputación u otra, podrían encargar un estudio de viabilidad que viera cómo está el mercado de platós acuáticos. Y después de ese estudio, que estoy convencido de que diría que es viable, hacer gestiones encaminadas a lograr que inversores de este sector se interesen por la zona. Son instalaciones muy poco invasivas con respecto al medio ambiente y que requieren muy poca inversión. En Malta están utilizando antiguos estanques de un astillero de submarinos de la Segunda Guerra Mundial. Por ejemplo, la escena del tsunami de Lo imposible, que quedó impresionante, se rodó en una piscinita en la Ciudad de la Luz de Alicante...

-¿Ha pensado dónde podría isntalarse ese plató?

-Yo creo que la Bahía tiene varios lugares con las condiciones adecuadas. Habría que analizar la lámina de costa desde La Carraca a Puerto Real y toda esa zona... Este tipo de instalaciones no requieren mucha inversión y no tienen casi impacto en el medio ambiente. Estoy convencido de que eso sería un recurso que competiría con muchas posibilidades con otros sitios.

-Hablemos de cine y de si es verdad que es un mundo de película

-Sí, la gente cree que esto es una cosa muy exótica... pero hay de todo. En el plano económico es un mundo vertiginoso, de alto riesgo. Todos los productores que conozco son gente que andan siempre por el alambre, que en cada película se juegan una fortuna. Algunos son vocacionales, amantes del cine que podrían ser incluso directores, y de esos hay muchos, y en Andalucía hay gente muy válida. Y luego está el mundo de los actores, gente difícil, con temperamentos frágiles, gente cercana, que se transfiguran en la escena. Están constantemente viviendo historias que no son propias y no es extraña la inestabilidad emocional de los actores. Pero en su mayoría son gente encantadora.

-¿Quién entre ellos le ha caído mejor, o peor?

-Entre los que me caen bien, tengo que mencionar a Antonio Banderas, una persona muy amable, extraordinario, nos recibió de manera tan estupenda en Hollywood... Jeremy Irons es un tipo exquisito, callado, modesto, como Eva Green, educadísimos... de antipáticos no quiero hablarte, aunque hay idiotas importantes. Como pasa en todo, cuanto más bueno eres tienes mejores condiciones humanas. Pasa también en la política.

-¿En política hay buenos actores?

-Sí, muy buenos y también muy malos. La política además... cuando estás sentado en el escaño te preguntas si todo el mundo sabe de todo. Y ahí se nota enseguida quién es bueno.

-Los hay que incluso quieren ser protagonistas aunque no tengan méritos.

-En política lo que se ocurre es que se produce un destilado de la naturaleza humana. Y eso hace que estén concentrados personajes en un sitio después de un proceso de selección que ha dejado fuera a un montón. Y se ve gente con mucho nivel, y otra si no con maldad, con mucha dureza. Recuerdo a Churchill cuando decía que hay adversarios, enemigos y gente de tu propio partido, que son los peores.

-Se habrá encontrado con políticos que querían figurar en la películas más que los actores

-Sí, eso es típico. Los que gobiernan están obsesionados por dos cosas: por la foto y por la medalla. Me ha pasado con el rodaje de Juego de tronos, que una vez conseguido el rodaje el que se atribuye todo el mérito es el Ayuntamiento y el alcalde de Sevilla, que lo único que ha hecho ha sido responder satisfactoriamente a los requerimientos. Matan por salir en una foto.

-Y alguno habrá querido salir en la película y todo.

-¡Por supuesto, montones! Quieren aparecer, y no son uno ni dos, y alguno muy conocido. Les encanta salir de figurantes, y no lo entiendo, con lo duros que son los rodajes. Es hasta cierto punto comprensible, porque un político tiene que tener ciertas dotes escénicas, que tiene que ver con el liderazgo y la presencia. Aunque no se sabe cuáles son las claves del liderazgo, no es sólo problema de imagen. Los liderazgos sólo de marketing suelen estrellarse. Ser líder requiere una serie de condiciones diversas. No me importa decir que un ejemplo para mí revelador de liderazgo real es Susana Díaz. Otro que era un líder nato era Javier Arenas, para los suyos y para sus votantes, y en ambos casos por sus condiciones personales.

Así en Cádiz como en La Habana

Carlos Rosado Cobián fue el impulsor de la Andalucía Film Comission y ahora preside también la Spain Film Comission. Nacido en Málaga, en 1951, “por un accidente”, porque su madre fue allí a dar a luz, afirma que “a todos los efectos soy de Cádiz, aquí estoy empadronado y aquí pago mis impuestos, aunque he vivido en muchos sitios”.

La infancia son recuerdos de una serie de escenas, y las de Carlos Rosado remiten a su domicilio en la calle San José “casi esquina con Ancha”, y a como aprendió a montar en bicicleta en la plaza de San Antonio, y a sus estudios en el colegio de San Felipe Neri. “Una tontería –rememora-, recuerdo una tarde las sirenas en Cádiz porque había salido ardiendo un barco en el muelle. También cuando iba al puerto a recibir al ‘Virginia de Churruca’, un barco de la naviera Ybarra, que hacía el trayecto entre América y Cádiz, porque mi padre era cubano, y tenía un amigo que era sobrecargo en el barco, que le traía los aguacates, que en España no se conocían entonces”.

Una historia muy gaditana también esa de tener un padre cubano, médico e hijo de otro médico que se casó por poderes –otra escena de época– con su abuela gaditana. “Mi padre se vino aquí a estudiar la carrera de Medicina, y ya nunca se fue. Era pediatra”.

Sin embargo, Carlos Rosado, no siguió la tradición médica paterna sino la de la abogacía y la política por parte de madre, madrileña. Su bisabuelo materno, Eduardo Cobián, fue ministro de Marina y de Hacienda, y murió siendo gobernador del Banco de España. Tanto revoltijo genético se traduce sin embargo en que él afirme siempre que sus “raíces” están en Cádiz: “Esta es mi casa y aquí volveré siempre. Esta ciudad está ahora bien,ha mejorado mucho desde el punto de vista de su puesta en escena”, asegura con deformación profesional de cineasta.

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