Pisando tierra y rodeado de vallas y maquinaria, Antonio San Sabas contemplaba ayer la obra de la plaza de las Viudas desde la puerta de su bar, el Carru, con resignado semblante. Al fondo, el vacío absoluto de su establecimiento. En la esquina, un grupo de periodistas esperaba a Martín Vila, primer teniente de alcalde y concejal de Urbanismo, y a Laura Jiménez, concejala de Fomento, quienes iban a explicar los pormenores de los trabajos que se están realizando en esta vía y que fueron iniciados en tiempos del anterior equipo de gobierno, allá por el mes de abril. Ambos ediles llegaban para, además de visitar la obra, tomar nota de las preocupaciones de los vecinos y comerciantes de la zona. Entre ellos el citado hostelero, un veterano del sector que va camino de los 50 años en Viudas. San Sabas exponía a Vila y Jiménez el perjuicio económico sufrido desde que empezaron las obras y pedía a los munícipes una compensación económica. "Por aquí no pasa nadie a excepción de los vecinos de la zona. La obra espanta al público y sólo me quedan los pocos clientes fijos. Esto me lleva a la ruina", decía San Sabas antes de conocer que las obras acabarán, para su pesar, a finales de octubre y de arrancar a los ediles la promesa de estudiar su caso.

Ya no será una calle tomada íntegramente por los coches. Será peatonal excepto para los residentes propietarios de garajes. En los cruces continuará el tráfico y al final de la plaza, cerca de Sacramento, se habilitarán estacionamientos para motos, minusválidos y carga y descarga. "Recuperamos para la ciudadanía una plaza inaccesible en la que el vehículo privado ocupaba casi el 75 por ciento del tramado. Pese a las molestias a comerciantes y vecinos, permitirá generar actividad económica y mejor vida para los vecinos. Ganamos una plaza para la gente", señalaba Martín Vila. Laura Jiménez aseguró entender las "preocupaciones" de los vecinos y los comerciantes de una plaza que "cuando acabe la obra ganará en accesibilidad y en vida". La edil apuntó que se están cumpliendo los plazos de la obra, que cuenta con un presupuesto de 525.739,81 euros y ha creado alrededor de 30 puestos de trabajo directos e indirectos, según las cifras aportadas por Laura Jiménez. La obra se incluye en el Proyecto Urbana Cádiz, cofinanciada en un 80 por ciento por la Unión Europea a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder), y gestionado por el Ayuntamiento gaditano a través del Instituto de Fomento, Empleo y Formación (IFEF).

En todo el ámbito de actuación -el proyecto incluye la calle Virgili- se crearán plataformas únicas eliminando los desniveles entre las bandas peatonales y la de rodadura. La actuación posibilitará la instalación de mobiliario urbano, farolas ornamentales y la plantación de árboles.

Desde el Ayuntamiento se explicaba ayer que la ejecución de los trabajos se ha visto dificultada por los imprevistos en relación con las redes soterradas de instalaciones existentes, ya que muchas, dada su antigüedad, no constan en la planimetría disponible en las distintas empresas suministradoras. Ante ello, y con el objetivo de minimizar la afección al plazo de ejecución, cinco meses, se está recurriendo a medios auxiliares para localizar el trazado de algunas redes antes de iniciar la demolición del pavimento.