El plan para el castillo de San Sebastián en Cádiz: eventos culturales, de ocio e incluso deportivos

Cádiz deja atrás por fin proyectos de calado imposibles de ejecutar, por sus costes más que millonarios, para poner en uso el castillo de San Sebastián, y apuesta por una operación más con los pies en la tierra. La buena colaboración entre el Ayuntamiento de Bruno García y la Subdelegación de Blanca Flores, ha permitido contar con un equipamiento visitable y, en líneas generales, en un estado aceptable, asumiendo que aun quedan muchos trabajos por ejecutar. Ahora lo que no quiere el gobierno municipal es que esta dinámica dé marcha atrás y se vuelva al parón pasado, que dejó el castillo cerrado y deteriorándose durante la última década.

Para conseguir esto, el Ayuntamiento ha solicitado a la administración central la cesión gratuita del castillo de Sebastián. En la etapa de Teófila Martínez, la ciudad ya contó con un papel relevante en los primeros arreglos de la fortificación, ya abandonada por los militares. Dentro de la cesión gratuita se encuentra también todo el paseo Fernando Quiñones.

El Ayuntamiento ha tenido que remitir a Patrimonio, para lograr este objetivo, un plan de actuaciones en el castillo. Un plan que, además, no puede contar con la realización de actividades lucrativas en el mismo. Solo en su momento, cuando se pueda plantear alguna vez la apertura de un establecimiento hostelero, por concesión, se tendrá que pedir un permiso expreso a Patrimonio.

El documento municipal incide en las posibilidades que tiene la fortificación como equipamiento dedicado a la celebración de eventos de ocio y cultura. E incluso no se descarta la celebración de eventos deportivos de forma puntual. Se destaca la importancia que tienen las casamatas que, en la Avanzada, se rehabilitaron como salas de exposiciones de cara a los eventos del Bicentenario de la Constitución de 1812.

El Ayuntamiento estudia la viabilidad de plantar arbolado en el complejo

Estas dependencias, a pesar del tiempo que ha transcurrido y su escaso uso, se encuentran en un buen estado de conservación. Junto a las salas de exposiciones, hay un espacio destinado a cafetería, así como aseos. Su recuperación para uso ciudadano no supondría, a priori, un coste muy elevado.

Una posibilidad que se plantea también el Ayuntamiento es plantar algunos árboles, a fin de dar sombra a un espacio abierto de grandes dimensiones. La Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz ha propuesto la rehabilitación de la antigua vivienda del farero, mientras que la Universidad volverá a utilizar las dependencias que, en el primer tramo del castillo, se habilitaron como el laboratorio de Labimar. Estas, a pesar de su buen funcionamiento, tuvieron que cerrarse hace unos años por el mal estado del exterior.

Tampoco se va a derribar la antigua torre de vigilancia, una construcción de gran tamaño que se encuentra en precario estado. Es un edificio amplio que conecta, además con las dependencias que conforman el interior del montículo sobre el que se levanta, y donde se guardaba el arsenal. Aquí habrá que estudiar su futuro uso, en una fase más avanzada de este plan de recuperación del castillo.

Más allá de ello, se asume que el complejo seguirá necesitando muchas inversiones, especialmente el castillo, tanto en su exterior como en dependencias interiores, que hoy no se pueden visitar para evitar accidentes. También necesitan importantes obras las dependencias de acceso a este complejo.

La intención del Ayuntamiento es la de incluir a partir de 2026 una partida económica para ir avanzando en los arreglos pendientes. También se tiene claro que el mantenimiento anual de toda esta fortificación, que ocupa unos 40.000 metros cuadrados, no será nada barata.

En los últimos años instituciones como la Universidad de Cádiz se han interesado por utilizar el castillo, tanto para usos de investigación como para museo, siempre con inversiones superiores a los 15 millones de euros.