-Ha participado en la última película de J.J. Abrams 'Star Wars: El despertar de la fuerza'. ¿En qué ha consistido su trabajo?

-En primer lugar debo comentar que todos los detalles de nuestro trabajo en Star Wars: El Despertar de la Fuerza, como en la mayoría de superproducciones, se encuentra bajo unos estrictos contratos de confidencialidad, por lo que tenemos prohibido dar detalles.

A rasgos generales no difiere demasiado de otras producciones solo que esta es "la película". Yo soy Animatronic Designer y estoy integrado dentro del departamento de criaturas. Mi trabajo consiste en diseñar y fabricar los mecanismos internos que hacen que una criatura parezca viva en pantalla: rasgos faciales, movimiento corporal... todo lo necesario para que parezca un ser vivo.

Nosotros nos adentramos dentro de la cabeza de ese personaje para ver cómo se mueve, qué piensa, de dónde proviene... De esta forma podemos imprimirle un sello característico que hará mas creíble su actuación. Para nosotros no son muñecos, son personajes y cada uno de ellos se crea con el mayor mimo posible.

-¿Cuánto tiempo le ha llevado desarrollar su labor?

-Mi labor en la película duró unas 14 semanas, nosotros medimos el tiempo en semanas porque nuestros plazos de entrega suelen medirse de esa forma. Cuando yo llegué, la producción ya llevaba tiempo en marcha.

-¿Había algún español más formando parte del equipo?

-Tengo una buena amiga en el departamento de Props. Llamamos props a todo ese atrezzo que aparece en la película: armamento, sables láser… Su nombre es Rut Villamagna y es de León. Ella fue la Leader Prop Painter y se encargó de dar el toque final de pintura a muchos de esos elementos que vemos en pantalla, un trabajo increíble que muchas veces se pasa por alto.

-¿Cómo se trabaja en una superproducción de estas características?

-Pues muy rápido. Los tiempos de producción cada vez son más cortos y tenemos que dar lo mejor que llevamos dentro para que todo salga del taller con el nivel de calidad que nos autoexigimos.

Para nosotros nunca es demasiado tiempo, siempre quieres añadir alguna expresión facial más, ese pequeño detalle que hará que la criatura sea recordada por el público. En una película como esta cada personaje que cae en tus manos es un caramelito.

Si tengo que remarcar algo de esta película es la seguridad interna con la que tenemos que trabajar: todo, absolutamente todo, está controlado para asegurar que no haya filtraciones.

-¿Cómo contactaron con usted?

-En este caso contacté yo con ellos. Llevaba un par de años escribiéndome con el supervisor de animatrónica hasta que conseguí sacarle que tenía el proyecto. De ahí hasta el día que pisé el taller tuve que esperar unos meses y casi me quedo fuera, pero finalmente tuve mi oportunidad.

Yo ya había trabajado en varios capítulos de Doctor Who y en alguna producción como Victor Frankenstein, la nueva versión del clásico con Daniel Radcliffe y James McAvoy, que llegará a las pantallas españolas en marzo.

Aunque parezca enorme, este mundillo es bastante pequeño, así que los compañeros nos vamos mudando de unos proyectos a otros. No somos tanta gente.

-¿Era fan de la Guerra de las Galaxias antes de trabajar con ellos? ¿Cuál es su personaje favorito de la saga?

-Sin llegar a extremos sí, yo también soy fan. Quizás es lo que peor haya llevado en este tiempo: haber visto y tocado ciertas cosas y no poder gritarlo a los cuatro vientos.

Si hay un personaje que me encanta es el Halcón Milenario, esa nave tiene personalidad propia.

Lo que destacaría de este proyecto es haber conocido y trabajado con gente que aparecían en mis álbumes de cromos cuando era pequeño, no solo actores, hay gente que ya hacía las películas de mi infancia. Cuando yo estaba devorando palomitas en un cine, ellos ya estaban detrás de esas criaturas y convivir día a día con ellos no tiene precio.

-¿Cuáles son sus próximos proyectos?

-Pendiente de estreno tengo Victor Frankenstein, como comentaba antes, y a final de año llegará a los cines Un monstruo viene a verme, la última producción de J.A Bayona en la que tuve el placer de participar el año pasado gracias a David Marit y Montse Ribe, los ganadores del Oscar por El Laberinto del Fauno y que ha sido uno de los proyectos de mi vida, tanto en lo personal como en lo profesional.