Ocio

El paseo más degradado en el botellódromo de la Punta en Cádiz

  • La zona, situada en la parte superior de los locales de ocio de la Punta, está llena de pintadas, con todas las cristaleras rotas y con orines acumulados en algunos sitios

Un hombre transita por la zona del botellódromo con las columnas llena de pintadas.

Un hombre transita por la zona del botellódromo con las columnas llena de pintadas. / Miguel Gómez

Dar una vuelta por el paseo superior de los locales de hostelería de la Punta de San Felipe es hacerlo por un lugar inhóspito, por un lugar abandonado que sólo se llena de vida al caer la noche los días en los que hay botellones.

Hace prácticamente 30 años que se inauguró lo que iba a ser el gran lugar para el ocio gaditano en la capital. Sin embargo, ahora solo sobreviven algunos bares de copas en la parte de abajo.

Arriba, desde que hace años con la entrada de la ley anti botellón se decidiera que el único sitio en el que se iba a dar permisividad para llevar a cabo esta práctica iba a ser el paseo superior de la Punta de San Felipe, la degradación es máxima.

Si se llega por la cuesta de la plaza de Filipinas, la pasarela metálica que da paso al botellódromo está llena de boquetes. Lo primero que recibe el que pasa por allí es un fuerte olor a orín. Y es que aunque se ve que la zona ha sido baldeada y más o menos se encuentra limpia, se puede observar que en la parte de abajo hay un charco importante de orín acumulado que el losillo ha sido incapaz de absorber.

Desde el primer momento también se ve que aquello es un inmenso mural para todo tipo de pintadas, desde grafitis de firmas, a frases reivindicativas y las clásicas de amor. Es como esas personas que están enganchadas al tatuaje y prácticamente no le queda ningún hueco de la piel por la cubrir.

En un sitio donde el alcohol corre a raudales, hubo casi desde el primer momento accidentes con caídas desde el paseo a los bloques inferiores, en algún caso con resultado de muerte.

Eso hizo que el equipo de Gobierno de la entonces alcaldesa Teófila Martínez pusiera una mamparas acristaladas de protección para evitar las caídas.

Para lo único que sirvieron fue para el vandalismo y que una tras otras fueran destrozadas hasta el extremo de que de las 75 que están puestas, sólo 6 quedan en pie, todas ellas en el pasillo estrecho que queda justo detrás de la discoteca Momart.

La Autoridad Portuaria ya ha anunciado que quiere darle un giro radical a toda la zona en el futuro para acabar con esta imagen de degradación.

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