Cádiz

Los papables 'gaditanos' de la historia

  • Cuatro de los prelados italianos que en el siglo XV fueron obispos de Cádiz llegaron a ser cardenales El cardenal Caraffa, adscrito a la diócesis, estuvo a punto de ser Papa en 1492

HOY día 12 de marzo comienza el cónclave tras la renuncia de Benedicto XVI (2005-2013). Los 115 cardenales electores deberán elegir al sucesor de Pedro, que, con el Anillo del Pescador, gobierne la Iglesia. En este artículo, realizado con la información proporcionada de fuentes trabajadas durante años en el Archivo Secreto Vaticano, deseamos poner de relieve quienes han sido los cardenales que fueron titulares de la mitra gaditana y participaron en diferentes cónclaves en la Edad Media y Moderna.

El primero que debemos mencionar es el cardenal Juan de Torquemada, procedente de la Orden de Santo Domingo como su sobrino el famoso inquisidor  Tomás de Torquemada. Sabemos que Juan de Torquemada rigió la mitra gaditana entre 1440 y 1442. Nuestro fraile dominico habría recibido la púrpura cardenalicia un año antes, en 1439, siendo nombrado cardenal por el Papa Eugenio IV. Sabemos que participó en el cónclave que eligió al Papa Nicolás V en marzo de 1447 y en el que tuvo lugar tras la muerte del Papa Calixto III el 6 de agosto y se desarrolló entre los días 16 y 19 de agosto de 1458. En este cónclave Torquemada participó junto a otros 25 cardenales (en aquel momento el censo cardenalicio). Aunque finalmente resultó elegido Pío II, el cardenal Torquemada se encontró entre los principales candidatos al solio pontificio en este cónclave. Su condición de papable fue acreditada por los embajadores de diversos estados en el siguiente cónclave de 1464 aunque finalmente saliera electo el Papa Pablo II.

 

A finales del siglo XV, comienzan a regir nuestro obispado de Cádiz una serie de prelados de origen italiano, personajes de relieve e importancia en la Roma pontificia pero que visitaron poco la diócesis gaditana. Cuatro de estos prelados italianos que rigieron nuestro obispado serán cardenales en diferentes cónclaves en la primera mitad del siglo XVI.  El primero de estos eclesiásticos italianos fue el cardenal Oliverio Caraffa, del Reino de Nápoles, nombrado cardenal en 1467. En el verano de 1471, Oliverio Caraffa participará en el cónclave que elegirá como Papa a Sixto IV (1471-1484). Será precisamente este pontífice el que, un año más tarde, designe a nuestro eclesiástico como comandante de la armada reunida contra el sultán otomano  Mahomet II, lo que es una prueba de la confianza que el romano pontífice tenía en su persona. Participó igualmente en el cónclave de 1484 que eligió a Inocencio VIII (1484-1492).

 

Ocho años más tarde, en el cónclave de 1492 que eligió al famoso Rodrigo Borgia como Alejandro VI (1492-1503), nuestro cardenal Oliverio Carafa estuvo a punto de ser proclamado para la sede primada de Roma. La elección de un nuevo Papa no fue fácil en estos momentos para la Iglesia. En la primera votación el escrutinio dio a Caraffa nueve votos, dos más que a Rodrigo Borgia aunque finalmente saliera el segundo de los Borgia. Sin embargo, tres años más tarde, en 1495, el Papa Alejandro VI (1492-1503) le encargó el gobierno del obispado de Cádiz como sucesor de Pedro Fernández de Solís en 1495.

 

Siendo obispo de Cádiz, el cardenal Oliverio Carafa figura en el cónclave de 1503 que eligió a Julio II (1503-1513) (Giulano della Rovere) como obispo de Sabina junto a otros 37 prelados más entre ellos el cardenal Luis de Aragón, su sucesor en la mitra gaditana ocho años más tarde. Del cardenal Luis de Aragón (o en italiano Luigi d'Aragona) ascendido al cardenalato en 1496, debemos decir que era un descendiente ilegítimo de la rama de los Trastámara aragoneses en Nápoles. Sucedió brevemente a el cardenal Oliverio Caraffa al frente de la mitra gaditana en 1511, participando dos años más tarde, en el cónclave de 1513 que tuvo lugar tras la muerte de Julio II (1503-1513). Según afirma el barón de Terrateig en su obra Política en Italia del Rey Católico publicada en  Sevilla en 1963, ( t.I., 408) su voto habría sido decisivo en 1513 para la elección del cardenal Juan de Médicis como Papa León X (1513-1521).

 

Otro cardenal italiano que rigió la mitra gaditana y desempeñó un papel muy importante en la Roma Pontificia fue el cardenal Pedro (o Pietro) Accolti. Elevado a cardenal el 10 de marzo de 1511, siete días más tarde, el 17 de marzo, fue presentado como cardenal de San Eusebio. Al igual que su predecesor, participó en el cónclave que el día de San José, 19 de marzo de 1513,   convirtió al florentino, Giovanni de Médici en León X (1513-1521). Este cardenal, obispo de Cádiz, fue uno de los prelados de confianza del Papa León X asesorándole en la redacción de la Bula Exsurge Domini contra Natalucci en su obra Ancon dorica civitas didei. Uomini e monument della Chiesa nella storia della città di Ancona (publicada Ancona, 1980, p. 93) afirma que nuestro eclesiástico llegó a ser papable en el cónclave que tuvo lugar tras el fallecimiento del Papa León X, en 1521, obteniendo algunos votos en el primer y segundo escrutinio.

 

Encontramos a Pedro Accolti, conocido como el cardenal de Ancona, tanto en el cónclave celebrado entre el 27 de diciembre de 1521 y 9 de enero de 1522 que tuvo como consecuencia la elección de Adriano de Utrecht como Papa Adriano VI, como en el que en 1523 eligió al Papa Clemente VII mientras que su sobrino Benito (o Benedetto) Accolti, también obispo de Cádiz como sucesor de su tío, fue elevado a cardenal el 3 de mayo de 1527, sabemos que participó en el cónclave de 1534 que eligió al Papa Pablo III (1534-1549). 

 

Por último debemos de nombrar a los dos últimos prelados que en su Cursus Honorum Eclesiástico llegaron a cardenales. Uno es el cardenal Antonio Zapata, obispo de Cádiz entre 1587 y 1596, y el otro Francisco Javier Cienfuegos Jovellanos, obispo de Cádiz entre 1819 y 1824. Antonio Zapata fue nombrado cardenal en 1604 por Clemente VIII. Sabemos que participó en el cónclave de mayo de 1605 que eligió al Papa Paulo V (1605-1621). Lo encontramos igualmente en el de 1621. Para terminar debemos decir que el último de los prelados que gobernaron la diócesis gaditana y alcanzó el cardenalato, el cardenal Francisco Javier Cienfuegos Jovellanos, aunque convocado, no pudo participar en ninguno de los cónclaves que le tocó vivir no pudiendo asistir a los cónclaves de 1829 (Pío VIII), al de 1830-1831 que eligió al Papa Gregorio XVI (1831-1846) ni al de 1846 que eligió a Pío IX (1846-1878). Esperamos en estos próximos días que la fumata blanca anuncie pronto al nuevo sucesor de Pedro.

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