El palacete de Sagasta y Tinte pasa de venderse por 6 millones a costar 1,6

En la fachada del palacete situado en la esquina de las calles Sagasta y Tinte aún luce una lona que anuncia la construcción en su interior de apartamentos de lujo. Esta es la última huella de un pasado sin suerte para el histórico edificio, que se da a sí mismo una nueva oportunidad y que ha vuelto a salir a la venta, en esta ocasión por parte de la inmobiliaria Solvia, perteneciente al banco Sabadell.

La finca tiene un precio de salida de 1.670.000 euros, pero la inmobiliaria la ha incluido en un proceso de transparencia al que someten a diferentes edificios. Básicamente, este proceso consiste en una especie de subasta a sobre cerrado, por el que los interesados en hacerse con la propiedad del inmueble disponen de un período de tiempo -en este caso, hasta el próximo sábado, día 27 de septiembre- para realizar ante notario una oferta concreta sobre el histórico palacete.

Transcurrido este plazo, el banco abrirá los sobres y decidirá qué oferta es la más ventajosa a sus intereses, procediendo a la venta. Si solo se hubiera presentado una oferta, el inmueble se adjudicará por el precio de salida. Y si no ha concurrido ningún interesado a este proceso de transparencia, se pasa a la venta directa del inmueble por el mismo precio que ahora.

En cualquier caso, se trata de una caída en el valor inmobiliario de la finca espectacular. Hace unos años, antes de que estallara la crisis del ladrillo y las inversiones inmobiliarias, este edificio tenía un precio de venta de seis millones de euros, prácticamente, cuatro veces más que ahora.

El palacete situado en la confluencia de Tinte con Sagasta dispone de más de 2.000 metros cuadrados, repartidos en tres plantas además de la torre, que se divide también en tres plantas en su interior. Dispone de un patio central interior, con un tragaluz, y tal y como especifica la inmobiliaria necesita de una rehabilitación integral.

En los últimos años, el histórico edificio ha sido objeto de diferentes proyectos que nunca han visto la luz. Entre otros, se planteó allí la construcción de un hotel con encanto, de unos apartamentos de lujo (que aún hoy se anuncian en la fachada de la calle Sagasta del edificio), o incluso del Centro de Interpretación del Bicentenario de la Constitución.