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Cádiz

Las mudanzas acusan el descenso de la venta de pisos

  • Empresas de transportes cifran en un 50 por ciento la caída de la actividad

La crisis de la compra y venta de pisos que sufre la capital gaditana está provocando desde el inicio de 2008 que la actividad de las empresas de mudanzas haya decrecido hasta un 50 por ciento. Es uno de los daños colaterales causados por los problemas que afectan al mercado inmobiliario. Algunas de las firmas consultadas califican la situación de "dramática" y la reducción de plantillas o la falta de contratación eventual para trabajos esporádicos ya es un hecho. Los empresarios hablan de una brusca caída de la actividad en los últimos meses. La compra y venta ha menguado de tal forma que las personas que cambian de residencia realizan ellas mismas, ayudadas por familiares y amigos, las mudanzas. En algunos casos alquilando las furgonetas a las propias empresas especializadas.

"Estamos supeditados a vivir de los organismos oficiales porque el bajonazo ha sido brutal", explica Eduardo González, propietario de Mudanzas Poli, una de las empresas del sector más conocidas en Cádiz. González admite los posibles recortes de plantilla "porque ahora trabajamos en función de lo que vaya viniendo". No sólo la escasez de movimiento en las inmobiliarias afecta a estas empresas. La subida del gasóleo es otro de los 'enemigos', que se une al intrusismo. "Al haber más parados hay más gente que para sacar unos euros se dedican a las mudanzas. Las familias están ahogadas y recurren a lo más barato en perjuicio de las empresas especializadas", advierte Eduardo González.

Javier Ponce, de Mudanzas Ponce e Hijos, ha notado en los últimos meses "menos llamadas de inmobiliarias y promotoras y de particulares". Asegura que ha pasado a tener la mitad de mudanzas al mes de las que tenía antes. "A menos trabajos, menos horas que pagar", señala justificando las reducciones de plantilla que se avecinan. Ponce, que mantiene el tipo gracias a sus trabajos fuera de Cádiz y a su intervención en reaolojos del programa de rehabilitación de viviendas del casco histórico, incide en el regreso a lo grande de la economía sumergida. "A ver cuándo a Zapatero se le quitan los pajaritos de la cabeza, que nos está metiendo en un boquete", afirma con rotundidad.

El propietario de una de las empresas consultadas -que no quiere dar su nombre- cuenta cómo se ha quedado sólo con su hijo en el negocio "porque antes había más faena y contratábamos a más gente, pero ahora nos bastamos los dos". Apela a la paciencia "para aguantar este tirón y a ver si pasa pronto la crisis".

"Como siga esto así me voy a ver obligado a cerrar. Conozco a compañeros que ya están despidiendo a gente". Lo dice Juan Eloy, que tiene una empresa que emplea a seis personas. "Son muchos los gastos para tan poca faena. Hay que añadir el alquiler de las naves donde guardamos vehículos y material", indica Eloy. Lamenta igualmente el "excesivo intrusismo" que existe en la profesión "porque hay gente que ofrece hacer el trabajo por la mitad de lo que lo hacen los profesionales como nosotros".

Antonio Jiménez, de Transportes Económicos, dice que además del descenso de encargos "damos la mitad de los presupuestos que dábamos antes". Según Jiménez, el parón en el sector "ha sido casi de golpe desde principios de este año". Las consecuencias del descenso de la compra y venta de pisos se sufren por otra parte. "Si no hay casas que amueblar, las empresas que venden cocinas o muebles no nos llaman para trasladarlos", añade. Transportes Económicos trabaja además en exclusiva para una firma de ascensores, de ahí que la crisis de la construcción incida también en las empresas de mudanzas. Sin embargo ha crecido el negocio en el traslado de obras de arte. Jiménez lo achaca a la apertura de galerías y de centros culturales dependientes de instituciones públicas en los últimos tiempos. ¿La cultura al rescate de la crisis? Este empresario, como otros compañeros, se defiende con los encargos de organismos oficiales.

Antonio Jiménez reconoce haber vendido ya algún camión para mitigar las pérdidas económicas. "Y sólo contratamos personal cuando verdaderamente hace falta", resume. Para Jiménez no queda otra "que aguantar el tirón de esta crisis. Ya hubo otra en el 92 que duró mucho tiempo. Esto es cuestión de ciclos y vamos a esperar a ver qué pasa".

El sector de las mudanzas, como otros de la sociedad, deberán armarse de paciencia. La crisis económica no parece precisamente flor de un día.

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