Mónica Yuste, directora del FIT de Cádiz: "El festival tiene una identidad que me trasciende"
La gestora cultural y productora portuense, cuya trayectoria está muy ligada al festival, se enfrenta a la primera de las tres ediciones en las que estará al mando de la cita que celebra su 40 aniversario
Isla Aguilar, directora del FIT: "Los festivales tienen que tomar riesgos, y yo los estoy tomando"
Directa, cercana, “trabajólica empedernida” y de “profundo amor” al teatro latinoamericano. Así es Mónica Yuste, la mujer que toma el relevo de la comisión gestora que organizó el pasado año el Festival Iberoamericano de Teatro (FIT) de Cádiz tras la destitución, con un año por delante todavía de contrato, de la anterior directora de la cita, Isla Aguilar. Así, tras ganar una convocactoria pública, la gestora cultural y productora portuense enfrenta la primera de las tres ediciones en la que estará a los mandos de la cita que prendió la llama de su idilio con las artes escénicas. Si el FIT moldeó las alas con las que echó a volar –ha vivido en Argentina durante dos décadas–, el FIT ha traído de vuelta a su tierra a esta doctora en Artes y Humanidades por la UCA, diplomada superior en Soberanía y Políticas Culturales en América Latina, propietaria, directora y gerente de La Campana Teatral (Tilcara, provincia de Jujuy, Argentina) y fundadora del Festival Teatro Argentino en el NOA. “Y aquí estamos ahora, emocionada e ilusionada, ¿empezamos?”.
Pregunta.–Defíname a su FIT con tres palabras
Respuesta.–A nuestro FIT, porque a mí es que me trasciende el festival. A ver, pero te diría, solidaridad, porque este festival tiene muchas voluntades; prestigio, que es lo que he encontrado cuando he salido a representar al festival este año; y necesario, porque aunque el mundo haya cambiado mucho desde que el festival se inició hasta ahora, el FIT sigue renovando su pertinencia, se va adaptando a los nuevos contextos .
P.–Entiendo que ha tenido que ser fácil tomar los mandos de un festival justo en el año de su 40 edición. ¿Ha sido una responsabilidad añadida?
R.–Por supuesto. Es un plus, digamos, en la programación que ha sido difícil manejar para cumplir con la expectativa que una tiene sobre cómo tenemos que celebrar un cuarenta aniversario. A la gran responsabilidad se suma quey he tenido muy poco tiempo para armar un festival de estas características pero, afortunadamente, también ahí hemos tenido colaboraciones, como la del libro de los 40 años del festival de Pepe Bablé que, lógicamente, no se empezó a escribir este año, sino que llevaba ya dos años trabajando en él; o la exposición, que también ha sido muy apoyada desde el Ayuntamiento y la Fundación Municipal de Cultura, que entendieron perfectamente que esta edición requería actividades que pusieran en valor esos cuarenta años. Así que te diría que el reto más complicado, en ese aspecto del aniversario, ha sido seleccionar a quienes tenían que venir. Eso fue una elección muy difícil porque para invitar a todas las personas que han sido relevantes y necesarias en el FIT necesitaríamos un mes de festival y setenta presupuestos como el que tengo. En cuestión de programar, ningún problema, la historia del FIT la conozco muy bien.
P.–¿Cuándo empezó su relación con el festival?
R.–¡Hace mucho! Fíjate que yo tenía como 15 años cuando empecé a venir. Me colaba en los coches de los amigos mayores que conducían (Mónica Yuste es de El Puerto) y le mendigaba entradas a Pepe Bablé para entrar porque no tenía dinero y a mi familia no le interesaba el teatro. Ya cuando me vine a estudiar a la Universidad de Cádiz, que me cogí un departamentito compartido, ya me pagaba yo mis entradas y lo viví más en condiciones.
P.–Cuénteme un momento especial de su historia con el FIT
R.–Tengo muchas pero, sin duda, hay una que supuso un cambio de eje en mi vida. Ver Nuestra Señora de las Nubes, de Arístides Vargas, en el FIT creo que del 98. Esa propuesta me marcó de tal manera que fue salir de la función y decir, yo no quiero hacer otra cosa en mi vida que no sea estudiar teatro latinoamericano. Y así fue, a partir de ahí fue un no parar de sumar cosas. Estudié actuación, dirección, dramaturgia, producción, el doctorado lo hice en teatro latinoamericano, me compré una sala en el culo del mundo, me fui 20 años a la Argentina... Fíjate tú el poder que tiene el teatro, que vayas a ver una función y eso haga que gire toda tu vida para un derrotero y no para otro.
P.–¿Esta edición es paradigmática de las próximas que vienen de su mano? ¿Pone las bases del FIT que le gustaría a Mónica Yuste?
R.–El FIT que le gustaría a Mónica Yuste es un FIT que no tiene gustos personales. Yo siempre he sido muy consciente de cuándo programo para el ámbito público y cuándo para el privado, y en ese último hago lo que me da la gana. Pero cuando estoy ocupando un cargo público, como ahora, soy muy consciente de que el festival tiene una identidad que a mí me trasciende. Esa identidad está ya muy presente en esta edición pero, por supuesto, hay que tener un poquito de renovación porque las cosas cambian y el festival se tiene que ir adaptando a las novedades que tiene el mundo. Hemos llegado aquí porque hay una historia, hay una tradición y hay un prestigio ganado, pero también hay que estar muy atenta a qué está pasando en el mundo para que el FIT siga despierto. Así que sí, creo que en este FIT está la base de lo que quiero ir sosteniendo.
P.–La razón que arguyó el Patronato para destituir a la anterior directora, Isla Aguilar, fue que se quería buscar un enraizamiento del festival con la ciudad. ¿Cuál es su fórmula para intentar conseguirlo?
R.–Creo que he hecho todo lo que he podido para buscar ese enraizamiento y siento que hemos tenido muy buena respuesta. Hicimos el taller de teatro que ha tenido una respuesta, me dicen, fantástica. Eso era una deuda que yo tenía. A mí me da mucha pena que la gente se tenga que ir de Cádiz para estudiar teatro, algo que he vivido en mis carnes. Entonces, poner el piecito otra vez en recuperar, por ejemplo, que la Universidad de Cádiz con este curso chiquito que hemos hecho haya entrado, pues me parece ir plantando semilla, que es importante. También el taller de acrobacia para niños se ha llenado. La convocatoria de la producción propia ha sido un éxito, con 30 actrices de la provincia de Cádiz que se han presentado, chicas súper jóvenes con mucho talento y bien formadas. Ha sido alucinante poder contar con dos chavalas súper jovencitas, una de Cádiz, la otra de Puerto, para poder hacer un espectáculo del festival con gente que no está ni por asombro en el radar. Y, bueno, el domingo fue un éxito total el Ultramarinos, donde un creador se encontraba con ocho programadores para explicarle su espectáculo. Y eso tuvo un lleno hasta las manillas, creo que fueron unas 74 entrevistas y la gente encantada y sorprendida de que pudieran sentarse a tratar de vender su espectáculo a los circuitos nacionales e internacionales. El encuentro provincia de teatro, que lo armamos con la UCA y con la Mesa de Teatro, de donde va a salir un diagnóstico para mapear cómo está la profesión en Cádiz. Bueno, me parece que esas iniciativas, y la escucha activa siempre que tengo, pues vamos por buen camino.
P.–¿Tiene algún rasgo su FIT de la idea de festival-encuentro que tenía como quintaesencia la época del Tiempo Libre?
R.–¡Qué os gusta el Tiempo Libre! Mira, primero las convivencias dependen de cada contexto histórico y cultural y de las infraestructuras. O sea, eso que pasaba en Residencia del Tiempo Libre, que nos liberaban un edificio completo y donde pasaba de todo, que era como un campamento liberado para niños grandes, eso era increíble, pero ya ni encuentras un lugar así, ni la gente es como era antes. Tiempo Libre fue un momento mítico que no se puede recuperar, ahora sí, se puede fomentar ese encuentro. ¿Cómo lo hacemos? Pues toda la gente que está invitada por el festival, las compañías, los académicos, los directores de festivales, la nómina de invitados, pues siguen estando dentro del mismo hotel y, además, hemos cuidado mucho la comunicación por grupos. Tenemos un trabajo que es Urdimbres y Tramas que lo que hace es fomentar el encuentro interseccional. Es decir, la gente se encuentra en el hotel, tienen sus actividades por grupalidades específicas, pero luego el urdimbre lo que hace justamente es vincular interseccionalmente.
P.–Una vez levantada esta primera edición, ¿qué cree que necesita el FIT? ¿Más presupuesto? ¿Más personal? ¿Mas tiempo para su preparación...?
R.–Casi todo eso, pero en orden inverso. No necesito más personal, pero sí más tiempo para el personal porque no trabajan todo el año entero. El personal que tengo es estupendo, este festival no se hace sin ellos por lo que habría que darle continuidad a esos contratos para que puedan estar más tiempo. De hecho, está claro que no voy a decir que no a más presupuesto, pero el presupuesto, al final, si no me lo dan, yo lo voy a fabricar, pero el tiempo de mi cuerpo es limitado y yo no puedo ser un pulpo que esté haciendo 70 funciones.
P.–Para cerrar, una de las difíciles. Recomiéndeme un espectáculo de este año para alguien que no sea asiduo al FIT, pero que queramos engancharlo.
R.–Vamos a decir Labio de liebre de Petra (1 de noviembre Gran Teatro Falla) que es una obra histórica del teatro latinoamericano. Es una producción muy compleja, de gran formato y es un lujo que se está dando el festival por la trayectoria que tiene la compañía y por la complejidad del montaje. Y, por otro lado, claro, le dirían que fueran al cierre en la calle con Xarxa Teatre (1 de noviembre en la plaza de la Catedral) que hacen un estreno absoluto. ¿Ves? Estas son las cosas que le pasan al FIT, que un grupo con una trayectoria tan relevante viene a estrenar aquí. Lo que te decía, es un festival de prestigio.
Programación de este miércoles 29 de octubre
El Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz (FIT) prosigue este miércoles 29 de octubre su andadura con una cita de entrada libre hasta completar aforo. Así, a las 16.00 horas, en el Teatro del Títere de la Tía Norica, tiene lugar Pueblo Hermano, una función unipersonal musical del cantautor, multinstrumentista y productor argentino Gustavo Patiño. En esta propuesta su música interactúa con imágenes, en su mayoría escenas y vistas de la Quebrada de Humahuaca, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en la provincia de Jujuy (Argentina), donde se respira la esencialidad del espíritu de Abya Yala, el nombre indígena que se le da al territorio del sur de América.
A continuación, a las 17.30 horas, en el Parque Genovés, si el tiempo lo permite, la compañía Inda Pereda (España) ofrecerá la segunda representación de Lubbert, una comedia gestual para todos los públicos. En caso de lluvia, este espectáculo se trasladará a la misma hora al Centro Municipal de Arte Flamenco La Merced.
Y a las 19.30 horas, la Sala Central Lechera acoge el estreno nacional de Vuela Alto de los chilenos Colectivo CTN. También prosiguen esta jornada los talleres teatrales, el de acrobacia para niños y jóvenes y la exposición de carteles.
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