El patrimonio histórico de Cádiz

Tres millones valen para salvar el convento de Santa María

Hace ahora quince años las monjas concepcionistas de Santa María tuvieron que abandonar su convento, uno de los edificios más antiguos de la ciudad con un evidente valor histórico y artístico, tras hundirse uno de los techos del inmueble a la par que aparecieron otros problemas. Fueron realojadas en el convento de la calle Feduchy, con la esperanza de un pronto retorno.

Quince años más tarde no hay perspectiva de una vuelta en el corto y medio plazo mientras que se acumulan compromisos incumplidos de las administraciones públicas y apuestas ciudadanas que han sido, con gran esfuerzo, las que han asumido obras de mantenimiento y restauración de parte del inmueble pero que chocan ahora con algo fundamental: la falta de fondos económicos para afrontar el proyecto global.

Los cálculos que maneja la Asociación de Amigos del Monasterio es que hacen falta poco más de un cuarto de medio millón de euros para terminar las obras en la llamada Casa del Capellán, donde se habilitaría un pequeño convento para que pudiesen volver las monjas, con seis celdas aunque hoy quedan cuatro hermanas en el convento de Feduchy, y después seguir con las obras del resto del conjunto. Obras que se calcula supondría una inversión de tres millones de euros.

Tres millones para recuperar una de las piezas más relevantes de nuestra historia. Un edificio con un gran potencial cultural y turístico que cuenta con el único patio que sigue en pie del siglo XVI, antes del ataque angloholandes en 1596 que apenas dejó edificios en la ciudad sin derribar. Tres millones que, con fondos de las propias administraciones o con proyectos europeos, se podría asumir con rapidez y cerrar un capítulo más de los proyectos abandonados en la ciudad.

La Asociación de Amigos del Convento asumió desde 2012 el trabajo que ni el Ayuntamiento ni la Junta afrontaron, a pesar de los acuerdos y convenios alcanzados con la congregación religiosa, especialmente en el caso de la administración regional que, tanto en la etapa del PSOE como en la actual con el PP-Cs, ha cumplido sus compromisos.

Las monjas concepcionistas mantienen abierto un litigio con la Junta sobre la finca de su propiedad en la calle Paco Alba, 5, que  pasó a la Junta a cambio de una cantidad de dinero que no ha sido abonada. En un reciente encuentro entre representante autonómicos y esta congregación, se les indicó que la Junta había invertido en los trabajos previos a la reforma de esta finca, como viviendas sociales, una cantidad más elevada que la reclamada por las monjas.

De esta forma, las concepcionistas han perdido la propiedad de esta finca sin obtener el dinero previsto con el que hubieran tenido suficiente para terminar las obras en la zona de la Casa del Capellán, que llevan un año paradas por la falta de dinero y así volver a su convento de Santa María.

En cuanto al Ayuntamiento, poco antes de las elecciones de 2015 se aprobó en pleno un acuerdo para participar en la recuperación de este edificio, con algo más de medio millón de euros a repartir en tres ejercicios. El cambio de gobierno tras estos comicios ha congelado cualquier participación municipal, que ha indicado que no tiene dinero para esta obra.

Aunque los miembros de la Asociación y las propias monjas, mantienen un control periódico del estado del edificio (cuando Diario de Cádiz lo vuelve a visitar la pasada semana se estaba actuando sobre unas goteras), lo cierto es que la paralización de los trabajos no ayuda a mantener el inmueble. En este sentido, las deficiencias estructurales se han acrecentado. En todo caso, todo lo realizado hasta ahora y permite mantener al monasterio en un "estado de degradación controlada, lejos de cualquier riesgo de ruina y con una vigilancia constante especialmente en el caso de las filtraciones", indica a este diario Antonio Ramos, de la Asociación de Amigos del Monasterio.

Con el fin de obtener fondos, más allá de las donaciones que se reciben y de las visitas organizadas al edificio, que este año se han tenido que suspender por culpa de la pandemia, se ha habilitado una sala en la zona de los antiguos confesionarios donde se ha construido un columbario, con un coste de 2.000 euros por cincuenta años de uso.

La nueva visita realizada al monasterio por este diario vuelve a trasladarnos el potencial de este edificio. La congregación lucha por su rehabilitación integral y por su retorno en el barrio de Santa María, y no se plantea por el momento su venta a la administración pública; igualmente se ha descartado ponerlo en manos de una firma hotelera, aunque el proyecto diseñado por la Asociación de Amigos plantea reservar un espacio como hospedaje, para así obtener fondos con los que mantener el conjunto.

No está Cádiz muy sobrada de inmuebles de una etapa de nuestra historia que, más allá de los achaques de años de abandono, se puede recuperar con una cantidad de dinero asumible ya sea por la Junta como por el propio Ayuntamiento, por cuanto el beneficio que obtendría la ciudad, y especialmente uno de los barrios más necesitados de la ciudad, Santa María, sería muy superior a la inversión realizada.

Siempre es factible compatibilizar el uso cultural y turístico del monasterio con el retorno al mismo de la pequeña comunidad de las monjas concepcionistas, aunque para ello sería necesario cerrar un acuerdo claro de funcionamiento. Pero contar con el único patio del siglo XVI, con el inmenso claustro recuperado, con el refrectorio, con la posibilidad de ver y pisar el suelo original con siglos de antigüedad, sus grandes puertas, sus rejas. Incluso con los restos del pavimento romano de gran valor localizados durante las obras en el edificio, es un tesoro único que, de nuevo, parece que queremos ignorar.

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