Cádiz

El convento de Santa María vuelve a quedarse sin dinero para las obras

  • No hay fondos para continuar con los trabajos en la Casa del Capellán para acoger a las monjas

  • Habrá un columbario en los confesionarios

La remodelación del convento de Santa María, uno de los pocos edificios que quedaron en pie tras el asalto inglés a Cádiz en 1596, avanza a un ritmo tan lento que debería de preocupar a todos los ciudadanos. Sólo el afán protector de la Asociación de Amigos del Convento mantiene la esperanza por la recuperación del que tendría que ser uno de los emblemas de nuestra historia y nuestra arquitectura que, sin embargo, está siendo ignorado por las administraciones públicas, las entidades privadas y parte de los colectivos ciudadanos.

A finales del pasado año comenzaron las obras de adaptación de la Casa del Capellán para instalar nueve celdas para otras tantas monjas y poder retornar así desde el convento de la calle Feduchy, donde que se trasladaron hace cerca de quince años.

El dinero destinado a esta obra, 190.000 euros, fue suficiente para realizar trabajos de demolición de tabiquería, saneamiento, afianzamiento de la estructura..., pero queda una segunda fase para que estas dependencias sean habitables. El problema es que ya no queda dinero, agotado desde el pasado marzo. Ni la Asociación dispone ya de fondos suficientes ni la congregación religiosa tiene capacidad para afrontar nuevos gastos.

De fuera, nada. El Ayuntamiento ya advirtió que no disponía de dinero aunque no cobró la licencia de obras de lo ya realizado. En cuanto a la Junta, se mantiene su silencio, aunque hace ya una década fue la administración que puso sobre la mesa un ambicioso proyecto de remodelación de todo el convento, integrado dentro del Plan de Rehabilitación del Casco Antiguo.

Ante esta situación la Asociación vuelve a pedir la colaboración ciudadana para terminar esta fase. Otra cosa será dar continuidad a las obras en el resto del convento, algo que a medio plazo se ve muy complicado de conseguir.

Mientras tanto, sí se ha pedido la correspondiente licencia municipal para adaptar la antigua dependencia donde se ubicaban los confesionarios en un columbario. La previsión es que tenga una capacidad para 144 restos, aunque este número podría incrementarse si existe una demanda superior. Templos como San Francisco ya habilitaron dependencias para ofrecer este servicio.

Durante uno de los últimos trabajos que la Asociación realizó en el convento, se localizó un mosaico romano de tipo opus sectile, que ya ha sido restaurado y trasladado a una sala contigua para evitar daños durante las obras en el resto del conjunto religioso.

Ahora que está tan en duda el cuidado de nuestro patrimonio, la Asociación ya elaboró en su día un catálogo con todas las puertas, ventanas, azulejos, rejería y otros elementos de valor.

El objetivo final sobre el que se viene trabajando es la restauración de todo el convento, con una superficie de unos 4.000 metros cuadrados. Además del retorno de las monjas al edificio se plantea también la conversión de la Casa del Capellán en una hospedería, cuyos ingresos ayudarían a mantener el edificio rehabilitado.

La cuestión, en todo caso, es que la ciudad no parece capaz de generar fondos suficientes para dar la continuidad necesaria a las numerosas obras que aún están pendientes por ejecutar. Y, sobre todo, que la propiedad, la congregación de religiosas y la propia Iglesia cuentan con dinero para afrontar la recuperación del que, al fin y al cabo, es su patrimonio.

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