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Crisis del coronavirus

“Claro que tengo miedo, pero esta experiencia profesional es para toda la vida"

  • Paula, una enfermera gaditana en el hospital Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes (Madrid), dice que "todo esto lo veíamos muy lejano pero nos vino de sopetón"

Paula con su equipo de protección en el hospital Infanta Sofía.

Paula con su equipo de protección en el hospital Infanta Sofía. / D.C.

Quién iba decirle hace solo unos meses cuando se marchó a Madrid a vivir con su novio -que ya estaba allí establecido- y a buscar trabajo que sería testigo directo de la pandemia en la comunidad autónoma más castigada por el coronavirus. La joven Paula, una enfermera gaditana de 25 años, que estudió en la escuela Salus Infirmorum de la capital, trabaja en el hospital universitario Infanta Sofía de San Sebastián de los Reyes (Madrid). Después de varios contratos cortos entró de nuevo en este centro hospitalario a finales de febrero, cuando la crisis aún no había estallado en España. Desde entonces sigue allí. Nos atiende en su día libre, que, vistas las circunstancias laborales al límite que ella desarrolla y la tensión que acumula, lo saborea de principio a fin.

La llamaron para trabajar en quirófanos antes de saltar la pandemia. Ahora trabaja en una URP (Unidad de Reanimación Postquirúrgica), popularmente llamada ‘El despertar’, adaptada a UCI debido a la situación causada por el coronavirus. Cuenta Paula que los primeros días fueron de “gran descontrol”, con protocolos para no contagiarse “que no estaban del todo claros”, sobre todo de cómo ponerse los EPI (Equipo de Protección Individual). “Nos vino todo esto de sopetón. Lo veíamos como muy lejano, en China. Esa es la verdad. Solo había mascarillas quirúrgicas. Durante unos días atendíamos sin material a pacientes de los que no sabíamos si habían dado positivo o no”, relata.

"Tengo heridas en la nariz y orejas de estar tantas horas con la mascarilla puesta"

El intenso trabajo está dejando marcas en Paula, y no solo anímicas. "Tengo heridas en la nariz y orejas de estar tantas horas con la mascarilla puesta. Y ni siquiera te puedes salir de tu lugar de trabajo porque desvestirse y vestirse otra vez no es aconsejable”, añade.

Pero es más fuerte su vocación. ¿Tiene miedo? “Pues claro que lo tengo, eso es lógico, miedo por mí y miedo a poder estar contagiando a mis compañeros. No hacen los test a los sanitarios y no lo entiendo, cuando debiéramos ser los primeros”, lamenta.

Tras la primera semana dice Paula que “ha mejorado todo porque hay más calma y se han unificado los criterios. Estamos bien informados y supervisados por quienes coordinan. Van entrando compañeros nuevos y se tienen que adaptar sobre la marcha como hicimos quienes entramos antes”.

"No hacen los test a los sanitarios y no lo entiendo, cuando deberíamos ser los primeros”

Vuelve a aparecer la palabra miedo, tan presente en los españoles en las últimas semanas. En este caso el que padecen sus padres aquí en Cádiz. “Están muy preocupados, como es normal, pero yo les tranquilizo porque estoy bien y estoy viviendo algo único como profesional, algo para toda la vida”, explica. Y Paula también tiene “miedo e impotencia de ver a gente por la calle que no cumple con el confinamiento o que va por la calle con sus parejas, cuando yo solo veo a mi novio en casa cuando llego de trabajar. Hay quienes no entienden de la gravedad de lo que está ocurriendo”. Por el contrario, “sí se lo están tomando en serio quienes acudían a consultas o a Urgencias por cualquier nimiedad”. Solo va gente con síntomas relacionados con el COVID-19 o por accidentes”.

Su contrato acabará pronto y espera estar más tiempo en el Infanta Sofía, porque allí necesitan personal. Quiere volver a Cádiz en un futuro no lejano. Cuando regrese se traerá en la mochila una enorme experiencia profesional… y vital. Esta pesadilla no se nos olvidará nunca. Y menos a quienes como Paula están al pie del cañón jugándose el tipo. Por eso le aplauden cada día a las ocho de la tarde por toda España.

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