Un largo proceso de merma demográfica

Desde 1991 la población de la ciudad de Cádiz ha ido disminuyendo de forma lenta perocontinua. En ese año se alcanzó la cifra, ahora impensable, de 157.000 habitantes. La pérdida de población de la ciudad de Cádiz no puede ser explicada por un único factor. La conjunción dedistintas causas ha provocado una situación que puede ser calificada de preocupante. Porque, a los algo más de 115.000 habitantes que tiene Cádiz en la actualidad, se une una estructura por edad muy envejecida (una edad media que supera los 46 años) que supone un problema económico y social. Económico, porque la ciudad está perdiendo a la población en edad laboral activa y con mayor capacidad de emprendimiento, y social, porque la ciudad debe preparar sus servicios para unos ciudadanos con necesidades diferentes y específicas para las que no está adaptada.

Las razones primigenias de esta sangría demográfica pudieran estar en la falta de espacio geográfico de una ciudad que solo ha podido crecer ganándole terreno al mar (como son las actuaciones realizadas en el siglo XX en la Barriada de la Paz o las ampliaciones del puerto). Esta falta de disponibilidad de espacio físico ha hipotecado desde los años setenta el desarrollo de la ciudad que ha sido sustituido con el crecimiento del área urbana de la Bahía de Cádiz configurado por los municipios de Puerto Real, San Fernando, El Puerto de Santa María y Chiclana. Principalmente, este último es el que ha mantenido una dinámica de mayor vitalidad demográfica pasando de 36.000 habitantes en la década de los ochenta a más de 80.000, en este último año, y con una edad media de las más baja de la provincia rondando los 39 años.

Ya en el “Atlas geográfico, social y económico de la provincia de Cádiz” realizado por la Universidad de Cádiz en 1995 se publicaba una proyección demográfica de los municipios de la provincia donde se pronosticaba la situación actual a partir de los indicadores naturales (natalidad, fecundidad y mortalidad) y el saldo migratorio (inmigración y emigración) existentes en ese momento.

Por ello, a las razones territoriales se ha unido el descenso constante de la natalidad y un saldo migratorio principalmente negativo a lo largo de las últimas décadas provocado por la carestía del suelo y un menor dinamismo del empleo centrado principalmente en el sector servicio y de la administración pública. Analizando muy brevemente ambos factores, se puede afirmar que las tendencias de natalidad y fecundidad no son muy distintas de las observadas en el resto de

España explicada por las transformaciones habidas en la sociedad española relacionadas con el papel de la mujer, las nuevas pautas sociales y la incertidumbre económica. Por otro lado, lafalta de atractivo económico hace difícil un saldo migratorio positivo que se alimente de la llegada de personas procedentes de otras regiones o países, con voluntad de desarrollar su vida en la ciudad.

Todo ello nos lleva a concluir que la solución que pueda provocar un cambio de tendencia demográfica en la ciudad de Cádiz es extremadamente compleja, ya que debe enfrentarse a esta falta y carestía del suelo, y por ende de vivienda y la situación económica de una ciudad excesivamente orientada a los servicios y dependiente de la administración pública, que no es capaz de mantener a su población ni de atraer a foráneos. De igual manera, quizás sería interesante afrontar el problema desde una perspectiva metropolitana donde los municipios de la Bahía de Cádiz, que unidos a Jerez, conforman un área urbana que globalmente tienen un futuro prometedor.