El presidente de la Generalitat, Artur Mas, destacó ayer el "orgullo, confianza e ilusión" que genera la "multitudinaria concentración" independentista y reclamó al Estado que deje el "orgullo imperial" y no "amenace con las leyes" como si los soberanistas fuesen "casi delincuentes".

En una declaración institucional tras recibir en el Palau de la Generalitat a los organizadores de la movilización de ayer en la avenida Meridiana de Barcelona con motivo de la Diada, Mas afirmó que "en la calle se influye pero en las urnas se decide".

En el primer día de la campaña de las elecciones del 27 de septiembre y tras una nueva Diada reivindicativa, Mas lanzó desde la Galería Gótica del Palau de la Generalitat un mensaje a las instituciones del Estado y al Gobierno central para que "tomen note" de las imágenes de la Meridiana, que "hablan por sí solas". "Dejad esta miopía política y dejad el orgullo imperial, dejad de amenazar con las leyes como si fuéramos casi delincuentes. Somos gente normal, serena, pacífica, ilusionada: poned las leyes al servicio del diálogo, al servicio de la democracia y, si alguna en algún momento hay que cambiarla, cambiémosla entre todos, no pasa nada, no se hundirá el mundo", afirmó.

Antes, en una comparecencia por la mañana, el candidato de Junts pel Sí aseguró ante los medios internacionales que el proceso soberanista será "escrupulosamente legal" con voluntad de llegar "hasta el final" y defendió la legitimidad de avanzar hacia la secesión sólo con la mayoría de escaños.

Mas aseguró que cambiaría hoy mismo las elecciones por un referendo, pero denunció que el Gobierno central ha "bloqueado" esta opción, ante lo cual señaló que está dispuesto a "llegar hasta el final del proceso" incluso sólo con una mayoría de escaños en unas autonómicas, aunque admitió que sería deseable un porcentaje superior al 50% de los votos.