Desarrollo turístico

Los hoteles apuestan por Cádiz en 2021 a pesar de la crisis de la pandemia

Casa Palacio en Veedor, una de las apuestas de Hotusa en la ciudad.

Casa Palacio en Veedor, una de las apuestas de Hotusa en la ciudad. / Lourdes de Vicente

En unos días se conocerán los datos de ocupación hotelera en Cádiz a lo largo del pasado mes de diciembre. Sin duda serán tan malos como los de noviembre. Como en todo el país. Se cerrará así el año más nefasto en décadas provocado por los efectos económicos de la pandemia. Se romperá así, también, una tendencia al alza que llevó a 2019 a cifras récord de clientes en nuestros hoteles, con más de un cuarto de millón de usuarios. El doble de los que se alcanzarán en 2020.

La profunda crisis en la que está inmersa el sector turístico en todo el mundo, y que en Cádiz ha provocado el cierre de hoteles tras la temporada veraniega, algo que nunca se había ocurrido, hacía prever un parón en la llegada de nuevos proyectos hoteleros e incluso una paralización o suspensión de otros ya previstos, por aquello de reconsiderar gastos tras las pérdidas sufridas por las grandes compañías.

Sin embargo, los primeros movimientos del sector en estos primeros días de 2021 hacen ver con relativo optimismo que el pulso hotelero en Cádiz se mantiene. Se mantiene y tiende a mejorar.

Dejando un lado la evolución de la pandemia y el efecto que va a tener el inicio de la vacunación masiva, se asume que al menos el primer cuatrimestre se da por perdido en cuanto a visitantes: ni Carnaval ni Semana Santa, ni los fines de semanas soleados. La gran esperanza será comenzar la recuperación en la temporada estival (que ya en 2020 convirtió a Cádiz en una de las provincias con más alta ocupación en todo el país) de cara a ir normalizando la situación a partir de finales de año antes de meternos en el 2022.

Apuesta por Cádiz

Con todo este planteamiento sobre la mesa, las cadenas hoteleras mantienen su confianza en el crecimiento turístico de la capital, teniendo claro que el impulso que se había experimentado en el último quinquenio antes de la pandemia, con la ciudad como protagonista de grandes medios de comunicación internacionales, se recuperará tras el final de la crisis sanitaria.

Un ejemplo de esta apuesta es la continuidad de los proyectos de nuevos hoteles y en la llegada de más inversores a la ciudad.

El último ejemplo es el plan adelantado por este diario procedente de un grupo vasco. Ha presentado al Ayuntamiento una propuesta para adquirir parte del suelo municipal en la avenida de Astilleros para un hotel con 90 habitaciones y con tres o cuatro estrellas de categoría.

Junto a ello, se siguen avanzando en operaciones que ya estaban en marcha y que, en lugar paralizarse por los efectos de la pandemia, han mantenido su ritmo.

El principal ejemplo son los proyectos que en la ciudad tiene en marcha el Grupo Hotusa, que ha situado a Cádiz como uno de sus principales centros de crecimiento.

Abierta ya la finca de Manuel Rancés como apartamentos de lujo, se dan los últimos toques a la rehabilitación de la Casa Palacio de Veedor. Esta actuación ha salvado de la ruina a uno de los edificios más potentes de la ciudad que, tras ser mimado en la época en la que fue residencia de la familia Lallemand, entró después en una peligrosa decadencia.

La intención es que las obras estén terminadas en el plazo de unos dos meses. La fachada ya luce con todo su esplendor. Dentro se han habilitado 16 apartamentos de lujo que darán al edificio una categoría de 3 llaves, lo que corresponde a un hotel de 5 estrellas.

Hotusa ha reanudado también hace unas semanas las obras en la Casa del Almirante, donde se habilitarán 25 habitaciones y un spa hamman de alto lujo. El primitivo proyecto, ajeno a esta cadena, planteaba en 2005 el que iba a ser el primer hotel de 5 estrellas de Cádiz, aunque ahora aún no se ha indicado la categoría del mismo.

Obras en la antigua residencia de Benito Cuesta. Obras en la antigua residencia de Benito Cuesta.

Obras en la antigua residencia de Benito Cuesta. / Lourdes de Vicente

La misma compañía avanza en el hotel de lujo en la Casa Palacio de Benito Cuesta en la calle Sagasta, con medio centenar de habitaciones. La obra está resultando complicada por el grado de protección que tiene el inmueble y por los servicios que se quieren dar en el mismo.

También avanza, ignorando los efectos de la pandemia en el sector turístico, la conversión de la antigua Residencia de Tiempo Libre en el que será uno de los grandes hoteles de Cádiz, con cuatro estrellas y más de 260 habitaciones.

Proyecto en el antiguo Tiempo Libre. Proyecto en el antiguo Tiempo Libre.

Proyecto en el antiguo Tiempo Libre. / D.C.

El complejo está promovido por la cadena andaluza Grupo Q, que ha vaciado el edificio y derribado uno de los laterales. El ambicioso proyecto se topó con la negativa de los vecinos de la zona ya que se iba a construir un edificio de 15 plantas en una de las esquinas de la parcela. La empresa, en una acción cuanto menos que peculiar, negoció con los vecinos la rebaja de esta altura y el incremento del resto del complejo. Esta medida aprobada por el gobierno local contó con el rechazo de la oposición. El proyecto estuvo a punto de paralizarse, quien sabe si de forma definitiva, hasta que una parte de los votos negativos de la oposición se tornaron en positivos.

Todo el bajo del futuro hotel contará con una zona comercial y de hostelería, lo que reforzará aún más el potencial de este tramo del Paseo Marítimo de Cádiz.

Otra de las operaciones más ambiciosas en este sector se sitúa en terrenos de la Autoridad Portuaria y permitirá dar uso, por fin, al esqueleto de lo que fue la Ciudad del Mar hace 30 años, los mismo que lleva abandonado.

El proyecto, pendiente de los últimos trámites por parte del gobierno de la nación, al construirse en suelo portuario, sigue adelante según confirma la empresa a pesar de la pandemia, aunque su fecha de apertura se alarga hasta el 2023. Será, además, el primero hotel de cinco estrellas e la capital

Habrá que ver qué pasa con el hotel sobre el vestíbulo de la estación del tren. La cadena Barceló, su promotora, ya no tiene inconveniente para su construcción pues este año se ejecutarán las obras de las nuevas canalizaciones de agua y saneamiento, esenciales para este equipamiento. Queda por ver si la compañía, afectada como todas por la pandemia, retrasa aún más la operación, opta por dejar este proyecto o se pone ya en marcha.

La fiebre hotelera en el casco antiguo, con pequeños hoteles muy cuidados como el abierto hace unos meses junto al convento de Santa María, se completa con proyectos como el de la calle Flamenco, con 37 habitaciones, piscina y tres estrellas e incluso espacio para eventos y celebraciones. La idea es que esté en funcionamiento antes del Carnaval de 2022.

También se han aprobado recientemente actuaciones hoteleras en la calle Columela, también con piscina en la azotea y en Cánovas del Castillo. Todo pendiente de que el Ayuntamiento pueda aprobar la nueva normativa sobre los equipamientos turísticos en la ciudad.

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios