Cádiz

Los hoteleros reclaman menos burocracia para invertir en Cádiz

  • Consideran que la falta de apoyo provoca que proyectos que podrían abrirse en la ciudad se marchen a otras capitales

"Lo lógico sería que hubiese cola para presentar ofertas para un hotel en el estadio, en Tiempo Libre o en la estación ferroviaria. Y mucho más para un hotel en el Campo de las Balas. Porque Cádiz tiene mucha atracción y hay cada vez más demanda turística. Pero, sin embargo, ningún empresario parece dispuesto a emprender estos proyectos".

El análisis, preocupante, lo hace un veterano empresario nacional del sector hotelero, con muchos trienios y hoteles a su espalda. Él mismo da una respuesta a esta ausencia de propuestas en la ciudad: "La cuestión es que casi ningún empresario se encuentra cómodo a la hora de trabajar en Cádiz, porque no recibe el apoyo de las administraciones a la hora de emprender. Construir un hotel cuesta lo mismo en Madrid que en Cádiz, y si se ponen muchas pegas, el promotor opta por quedarse en Madrid". Una valoración compartida desde hace tiempo por otros empresarios.

Un ejemplo fue el embrollo administrativo que acabó con el ambicioso proyecto que Zaragoza Urbana pretendía ejecutar en la antigua Institución Valcárcel: convertir el colegio en el que sería el primer hotel de cinco estrellas de la capital con un proyecto de Rafael Moneo y una inversión de más de 50 millones de euros. Lo que pasó desde 2003 hasta la debacle de este proyecto es por todos conocidos y es, también, el perfecto ejemplo de cómo agotar a un empresario a base de trabas políticas y administrativas.

Incluso hoy, cuando se activa un acuerdo público-privado para levantar otro hotel en Valcárcel (menos ambicioso que el original y reubicado en el patio de la Institución), se mantienen por algunos dudas sobre la idoneidad de este espacio mientras que se defiende el Campo de las Balas, de propiedad municipal, como lugar más que adecuado para el renovado complejo hotelero. Zaragoza Urbana, promotora del futuro hotel en la Viña, ha optado por no entrar en este debate, aunque sin duda verá con cierto temor que vuelvan a reproducirse los enfrentamientos políticos que acabaron con la primitiva operación de La Viña.

Así, no es de extrañar que Adif, que gestiona todo el complejo ferroviario de la ciudad, haya tardado una década en encontrar una cadena hotelera dispuesta instalarse en el edificio del vestíbulo de la terminal gaditana. Finalmente será Barceló, aunque ya han aparecido las primeras quejas por lo que supondrá la construcción de un edificio tanto calibre sobre el vestíbulo de la estación y a pie de la muralla. En el otro plato de la balanza, el Ayuntamiento está a punto de cerrar el año sin encontrar una firma interesada en instalarse en la tribuna del estadio Carranza.

Habrá que ver qué pasa con Tiempo Libre, espacio dedicado para un hotel de alta categoría en pleno corazón de la milla de oro del Paseo Marítimo. No hay por ahora una firma definida para levantar el nuevo hotel, aunque desde la Junta se afirma que hay varias empresas interesadas. Aquí, antes de encontrarse con problemas la futura compañía hotelera adjudicataria, como pasó en Valcárcel, el tiempo se ha ralentizado debido a las diferencias de criterio entre el Ayuntamiento, de quien depende la tramitación urbanística, y la Junta, propietaria del suelo.

A medio plazo, Telefónica de España abre la posibilidad de incrementar la escasa oferta hotelera que tiene Cádiz con la puesta en el mercado de dos de sus más emblemáticos edificios: la central de la calle Ancha y la Torre Tavira II (Pirulí). En ambos casos, la ubicación se considera ideal para el sector, aunque son edificios que necesitarán de importantes obras para su adaptación a los nuevos usos. Por las propias necesidades de Telefónica, habrá que esperar al menos un año para ver cómo se comportan en el mercado ambos inmuebles. Que el Ayuntamiento haya apostado por estas operaciones urbanísticas hace confiar en que en su momento no haya complicaciones administrativas.

Por el camino sigue en el limbo el proyecto del hotel en la Casa del Almirante, en el Pópulo. Aquí no fallaron los trámites burocráticos, aunque ciertamente fueron intensos y extensos, sino la capacidad financiera del promotor. Hoy el edificio es del BBV, que lo tiene en venta. Sí se ha animado, y con éxito, proyectos de apartamentos turísticos, algunos de auténtico lujo, como El Armador en la calle Ancha, aunque algunos de estos promotores también se han quejado de los numerosos trámites que se les obliga a cumplir para sacar adelante estos proyectos. Mientras está por sacar adelante el plan de convertir en hotel una de las fincas que conforman la Casa de las Cuatro Torre. Teniendo en cuenta el máximo grado de protección de este histórico inmueble, el celo de las autoridades urbanísticas acompañará el desarrollo de todas las obras a ejecutar.

"Con todo lo anunciado, Cádiz podría tener una gran planta hotelera. Y la tendrá cuando las administraciones quiera", concluyen los empresarios.

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