Un magnífico día con sol y calor y la llegada masiva de turistas procedentes de los cruceros que atracan en los muelles gaditanos dan como resultado un lleno en buena parte de los bares y cafés mejor situados en el casco histórico de Cádiz.

Ocurrió ayer pero es una imagen que se está también repitiendo en las últimas semanas: terrazas llenas, o casi llenas, de turistas, como si estuviésemos aún disfrutando del verano. Ayer la plaza de la Catedral, a mediodía, estaba llena, tanto los restaurantes como la propia plaza con una entrada constante al principal templo de la ciudad y a la aún abierta Torre de Poniente. Una estampa casi similar se daba en la vecina San Juan de Dios, aunque aquí aún había algunos huecos en las terrazas. Eso sí, la principal plaza de la ciudad gana enteros con tanta animación.

Junto a estos recintos urbanos, las principales calles comerciales aguantaban bien en cuanto a viandantes, con una estampa casi inédita si tenemos en cuenta que era un viernes de octubre.

Lo cierto es que Cádiz recibe cada vez más a un mayor número de turistas. Lo hace desde el mar, con un sector de cruceros cada vez más asentado y potente y con un porcentaje cada vez más elevado de viajeros que optan por quedarse en la ciudad; y lo hace también desde tierra pues al tradicional turismo nacional de cada verano (gentes de Madrid, Extremadura y en norte, principalmente) se le está uniendo poco a poco un turismo extranjero con un mayor capacidad económica (y de gasto) que visita la ciudad en grupos muy reducidos y que busca lugares selectos y un recorrido exhaustivo por los principales equipamientos culturales. Es un turista que hay que mimar pero, sobre todo, que hay que buscar a través de canales muy especializados del sector.

Todo ello permite alargar los buenos resultados que la hostelería ha logrado este año, como los propios comerciantes han reconocido.