Los voluntarios de 'Calor en la noche', la obra social de La Salle, que hoy celebra sus primeros diez años, ya se saben los nombres y los problemas de las personas que los esperan cada viernes en diversos puntos de la capital para recibir caldo, café, bocadillos, ropa interior y artículos de aseo, "pero sobre todo calor humano para los que viven en las calles, que en 2012 fueron 1.609 hombres y 192 mujeres, y que encuentren un hombro donde apoyarse", según declara su presidente, Manuel Mení Pérez.

Fue un matrimonio lasaliano el que hace diez años vio por televisión una iniciativa similar en otra ciudad española y decidió ponerla en práctica en Cádiz. Ahora cuentan con 43 socios, que aportan una cuota mensual, y 47 voluntarios, y están empeñados en abrir un comedor social los domingos, el día que no funcionan los ya existentes en la ciudad, cuyo estudio ya está muy avanzado, y abrir también un centro de día, lo que ya han expuesto tanto al obispo diocesano Rafael Zornoza como a los responsables de Asuntos Sociales del Ayuntamiento y la Diputación, en el que las personas que viven en la calle puedan desayunar y también pernoctar al menos los días de mucho frío o de lluvia.

Todos los viernes por la noche el grupo de voluntarios -formado por estudiantes, amas de casa, trabajadores, jubilados, todos mayores de 18 años- se concentra en el colegio La Salle-Viña y se organiza en ocho equipos, cuatro para el casco antiguo y otros cuatro para extramuros.

Los que los esperan saben que durante un rato dejarán de ser invisibles, ya que los de 'Calor en la noche' les aportarán sobre todo acompañamiento y escucha, para que se sientan con derechos.

En 2012 los ingresos de 'Calor en la noche' fueron de 11.754,84 euros, de ellos 4.205 de las cuotas de los socios, 2.105 de donativos particulares y otros 1.400 de donativos de entidades, e invirtieron 5.197,25 repartidos entre 2.123,35 para compra de textiles, 1.276 para adquirir alimentos y 1.397,05 para materiales, por lo que iniciaron 2013 con un saldo de 6.584,40 euros.

Por otra parte, han celebrado en el colegio lasaliano y viñero una jornada de sensibilización para los alumnos, a los que se presentó Martín Flores Niño, un joven peruano que lleva más de cinco años en Cádiz y que les explicó las consecuencias de no poder obtener la nacionalidad española al no poder enseñar la cotización de una empresa, por lo que podían devolverlo a su país, lo que parece que finalmente no se va a producir.

También ahora se muestra en el colegio la exposición fotográfica 'La realidad de las personas sin hogar. Que nadie duerma en la calle', lo que cada día hacen en Cádiz entre a 40 y 60 personas.

Hoy celebran el décimo aniversario en el salón de actos del colegio, a partir de las 12.30, con la intervención del hermano Juan Bautista, responsable de obras sociales en el sector de Andalucía, se proyectará un vídeo, y se homenajeará a Caritas de San Antonio, la comunidad lasaliana, la firma Café Catunambú y Diario de Cádiz, por su colaboración.