La historia de la peña La Estrella, según Pardo y Rivas

El himno de la entidad, una composición de los recordados autores Antonio Torres y Paco Campos, acompañada de una lluvia de papelillos y serpentinas que caían tanto desde el escenario como de los palcos al patio de butacas, puso el broche final al montaje musical 50 años de la peña La Estrella, con guión y dirección de los autores Julio Pardo y Antonio Rivas, un logrado espectáculo que se desarrolló durante dos horas sobre el escenario del Gran Teatro Falla, con las participación desinteresada de más de 200 personas.

La obra, que presentó Manuel Bernal, de la Cadena Cope, comienza un simulado bar La Estrella, en el que su propietario Dionisio Llaca Gómez, y un grupo de parroquianos aficionados al entonces prohibido Carnaval, de los que sobreviven Jesús García Alvarez y Mariano Hurtado Colmenares, tuvieron la iniciativa de crear la peña.

Con la presencia en el escenario, entre otros, del propio Dionisio, así como del presidente de la peña, Manuel Santos, José Antonio Cano, coordinador de los actos de le efemérides, y veteranos socios como Fernando Pérez Corzo, a los que se unió el prestigiado autor Enrique Villegas, que fue recibido con una ovación, ofrecieron las primeras coplas el joven grupo de David Castellón.

Conforme se iba desgranando la historia de la peña hasta llegar a los actuales festivales Tío de la Tiza, Manolo Cañamaque y Paco Alba, que se desarrollan en la plaza de Candelaria, sin olvidar los tradicionales ensayos generales, pasaron también por el escenario los grupos de Juan Manuel Braza El Sheriff, Francisco Javier Sevilla Pecci, que ofreció las coplas de El Brujo dada la ausencia de su antología, cantando la de Villegas, dirigida por Norberto Iglesias, y los grupos de Joaquín Quiñones y Antonio Martín, mientras que aportaron los tangos los de Pardo y Rivas, así como el de la peña La Salle-Viña, con la dirección de Andrés Cruz.

En su tornavoz habitual estaba un improvisado jurado del concurso oficial de agrupaciones, presidido por Juan Sales, con Enrique Carrillo como secretario, que en esta ocasión recordó por sus nombres a los socios de honor ya fallecidos.

El concejal José Macías, el autor Pedro Romero, el exedil de Fiestas Manuel González Piñero, Emilio Aragón, Juan Manzorro y hasta María la de la Yerbabuena se dieron cita junto a otros muchos en el primer coliseo de la ciudad para sumarse a la efemérides de la veterana entidad.