Un hombre de 58 años resultó herido con quemaduras de primer y segundo grado en la cara y en las manos en la tarde de ayer al explotar una bombona de gas butano en una vivienda situada en el primer piso del número 9 de la calle Mirador, en el barrio de Santa María.

La deflagración se produjo sobre las 13 horas de ayer cuando esta persona se disponía a encender el fuego para preparar la comida. Una acumulación de gas butano procedente de una bombona provocó un potente estallido, que alertó a los vecinos por el enorme estruendo que escucharon.

A las 13.13 horas se recibió una llamada de un particular a la Sala de Emergencias del 085 avisando del suceso. Asimismo, también alertaron sobre lo ocurrido otros servicios de emergencia.

Una vez que los bomberos llegaron al lugar de los hechos, el ocupante de la casa ya se encontraba en el exterior de ella, siendo atendido en plena calle por los servicios sanitarios antes de ser trasladado al hospital Puerta del Mar.

En la primera intervención, se comprobó si en el interior del piso afectado por la explosión había más personas. Sin embargo, pudieron ver que no había nadie más en él.

El estallido dejó importantes daños materiales. La onda expansiva afectó a los revestimientos de los techos y las paredes, los marcos, las ventanas, los balcones y el mobiliario de la vivienda en la que se originó la deflagración.

Asimismo, los efectos de la explosión también se propagaron por el cuarto de baño de esta casa, que, al compartir tabique con la vivienda colindante, hizo que en esta casa también hubiera daños al producirse fisuras en la pared y afectar al bajante del piso superior.

Además, la onda salió por el patio central del edificio y dejó daños en las persianas y en las ventanas del bajo y el primero. También se produjo la rotura de los cristales y el abombamiento de las persianas en los números 4, 6 y 8 de la calle Mirador y otro inmueble con entrada por la calle Botica.

Los bomberos tuvieron que sanear la vivienda en la que se produjo el siniestro, todos los elementos que presentaban un riesgo de caída y la fachada de Mirador, 6. Los efectivos inspeccionaron durante las tres horas que duró la intervención las casas que se vieron afectadas por el fuerte estallido, así como el resto de viviendas del entorno a requerimiento de los vecinos para comprobar que no existía ningún tipo de peligro para seguir habitándolas.