La heladería Los Italianos se pone guapa para la próxima primavera

El emblemático negocio de la calle Ancha acomete una importante reforma

Entrevista a Gianni Campo

El Salón Italiano, cerrado en la actualidad y con el cartel que anuncia su reforma.
El Salón Italiano, cerrado en la actualidad y con el cartel que anuncia su reforma. / Jesús Marín

El Salón Italiano, la heladería conocida como Los Italianos, se está poniendo a punto para reabrir la primera quincena de marzo, tras el Carnaval, y seguir ofreciendo sus resfrescantes exquisiteces en la calle Ancha. La propiedad del negocio, que regentan los herederos del recordado Gianni Campo, está efectuando una de las más importantes reformas de su historia, con flamante decoración y algunos cambios notables en sus infraestructuras.

Cuenta Joaquín Campo, uno de los hijos de Gianni, que la intención es “darle un aire Art Déco italiano de los 60, con formas redondeadas”. Eso sí, nada de perder la esencia ni el encanto de negocio tradicional que le distingue. Joaquín se apresura a aclarar que será “una reforma estética, pero con el mismo enfoque, la misma esencia. Que siga siendo el Salón Italiano de todos los gaditanos y de todos los que visitan la ciudad”. El diseño de la reforma corre a cargo de Pedro Álvarez, fundador de la marca de chocolates Pancracio.

La última gran reforma se produjo en 1979. Esta vez los Campo tienen “una nueva motivación sin cambiar el negocio o la esencia”. Insiste en que el remozado Salón Italiano “va a quedar muy bonito”.

Pedro Álvarez, fundador de la marca Pancracio, es el diseñador de la reforma

Además del esperado nuevo diseño, estas fechas se trabaja en esta heladería para sustituir el cableado eléctrico y la fontanería. Además, el local estrenará un nuevo cuarto de baño para personas con discapacidad en la planta baja, adaptado a la normativa.

Los padres de Juan Francisco ‘Gianni’ Campo, Arturo e Iole, abuelos de los actuales dueños, Joaquín y Arturo, abrieron el establecimiento en 1940. Llegaron a España, primero a Valladolid luego a Salamanca. Y acabaron poniendo en 1936 una heladería en la calle Fuencarral en Madrid. Un señor de Cádiz que era viajante les habló del local de la calle Ancha, que justo antes de abrir como heladería era una cochera de caballos.

En 2015 celebraron el 75 aniversario repartiendo topolinos, su helado estrella, de forma gratuita. Así, el negocio llegará este año a los 83 años. En buenas manos y con muchas ganas de perpetuar tan emblemático enclave, que se demuestran con esta cuidada reforma. Siempre abriendo antes de San José y cerrando en octubre, como manda la tradición.

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