Más de una veintena de cruceros han escalado en el puerto de Cádiz en lo que va de año. El primer gran día pudo haber sido el 16 de febrero cuando dos aidas, el Bella y el recién salido de sus astilleros Blu tenían programado un amarre en la ciudad. Pero un cambio de planes de última hora dejó Cádiz con uno sólo de esos dos buques de diseño. Sólo el Blu, que llegaba al puerto en su ruta inaugural, escaló aquí. Por lo tanto, la jornada de este Sábado Santo fue el inicio de la temporada de cruceros que este año se anuncia como de récord.

El Alfonso XIII estuvo ocupado por el Funchal, considerado uno de los buques de este tipo más antiguos. De los sesenta pocos permanecen aún en servicio, lo que le da cierto carácter romántico sobre todo en un día en el que comparte puerto con otro crucero, éste considerado de gran lujo, el Seven Seas Mariner.

El Funchal entró en servicio en octubre de 1961 en la empresa portuguesa Insulana de Navegación. En 1974 esta firma se unió a las compañías Colonial y Nacional para formar Compañía Portuguesa de Transportes Marítimos, de titularidad estatal. En 1985, el Gobierno portugués subastó el buque, que fue adquirido por Georgios Potamianos, dueño de la Classic International Cruises, compañía a la que pertenece, hasta ahora, el Funchal.

Por su parte, de los 674 pasajeros que llegaron a bordo del lujoso Seven Seas Mariner, de la empresa Regent Seven Seas Cruises, algunos más de doscientos optaron por irse de excursión fuera de la ciudad mientras que gran parte del resto optó por pasear por Cádiz. Cargado de estadounidenses y consignado por Baleares, llegó este crucero con su cocina de altísima gama, con uno de los mayores ratios de espacio por pasajero y con posibilidad de optar a un mayordomo por cada cabina. Todo un lujo de servicios hechos sólo para un grupo de afortunados que ayer hicieron escala en la ciudad. El elegante y exclusivo Seven Seas Mariner tiene el honor de ser el primer crucero de lujo del mundo 'todo suites' y 'todas con balcón", por lo que la mayoría de sus turistas tuvo que pagar más de tres mil euros por su viaje.