Entrevista De Cerca a Luis Frade | Ex director del coro mixto y ahora del callejero

“Salimos para divertirnos pero es un divertimento muy serio”

  • Con Adela del Moral ha formado un tándem en la vida personal y en la carnavalera que ha dejado huella

  • Tiene claro que el Carnaval no se podía haber celebrado en el mes de febrero

Luis Frade, en un momento de la entrevista.

Luis Frade, en un momento de la entrevista. / Jesus Marin

Las circunstancias hicieron que este gaditano naciera en el año 1954 en Inca (Baleares). Con diez hermanos, su padre se desplazó allí en busca de trabajo y en la localidad mallorquina pasó su primer año y medio de vida. Luis Frade es muy conocido en el mundo del Carnaval por ser el alma mater del coro mixto junto a su mujer Adela del Moral, cuando una agrupación con mujeres era algo novedoso. Fue presidente del Jurado Diario del carnaval y desde hace dos décadas tiene un coro callejero con el que mata el gusanillo del Carnaval. Criado en el Mentidero, inició la carrera de Ingeniero Técnico Industrial pero la cambió por la que era su vocación, la de marino Mercante, pero al final nunca ejerció sino que su vida profesional la pasó como oficial administrativo en una empresa de promoción y construcción de viviendas. Tiene un hijo, también llamado Luis, una nuera a la que considera como su hija (Elena) y dos nietos, Luis y Julia, de los que disfruta ahora que le ha llegado la jubilación.

—¿Cómo vive usted, ahora que no está metido en el Concurso, los días previos a su inicio?

—Súper tranquilo. Interesado por todas las cosas que rodean al Concurso. Es más, hemos quedado a esta hora de la media mañana para la entrevista porque me he ido a las ocho de la mañana a la cola de las entradas al Falla para mayores de 65 años. Aunque no participe, el Concurso es de las cosas que más me tira. Cuando concursaba, decía que el día que no lo hiciera el Carnaval prácticamente iba a terminar para mí. Y es todo lo contrario. Cuando conocí la calle sin el concurso digo todo lo contrario. El concurso puede estar o no pero la calle es imprescindible.

—¿Qué echa de menos de no concursar?

—La adrenalina. Por ejemplo, ahora estaríamos probando los tipos para ver cómo queda todo. Estaríamos viendo los montajes. La propia adrenalina de saber qué letras cantar y cuáles no. El momento de estar en los camerinos que tienes un pellizco en el estómago que en la calle no lo tienes. Y eso se echa en falta. Y lógicamente ese momento especial entre fase y fase que estás esperando que digan tu nombre.

—Algunos autores se vuelven un poco enfermos y se envenenan cuando llega el concurso. Digamos que sufren una transformación. ¿A usted le pasaba lo mismo?

—Sinceramente, de mi trayectoria en el mundo del Carnaval oficial sí estoy muy arrepentido de una cosa. Cuando con el coro Plaza de Mina nos dieron el cajonazo, que sigo pensando que era inmerecido, en ese momento cometimos y posiblemente promovido por mí, el error mayúsculo de ir al Diario y protestar en contra del jurado. De eso estoy arrepentido.

Siempre he sido muy apasionado y he defendido ante el grupo que nosotros éramos los mejores pero cuando he ido al teatro con otros autores del coro y hemos visto a otra agrupación salir y ver que era mejor que el nuestro, nos hemos dicho: “Este año no ganamos. El premio va a ser para este”.

Pero luego cuando he ido al ensayo, he dicho que nosotros éramos los mejores. Hay una frase muy característica mía que decía al principio de los ensayos que “el carnaval es una cosa muy seria en la que nosotros concursamos y yo quiero que lo pasemos muy bien pero salimos con la idea de ser los mejores. Salimos por el primero. ¿Que luego hay diez coros mejores? Los felicitamos y punto. Y ahora para la calle también lo que digo es que salimos para divertirnos, pero esto es un divertimento muy serio. No salimos a la calle para hacer el ridículo.

—El coro mixto junto a su pareja Adela del Moral fue una referencia en el Concurso durante algunos años y marcó un hito en la incorporación de la mujer al mundo del Carnaval. ¿Se siente un pionero en ese aspecto?

—En parte sí. Si hay alguien que es pionera es Adela pero también es verdad que ella fue empujada por algunos hombres. Nosotros no dijimos que queríamos ser pioneros sino que éramos un grupos de parejas de novios y matrimonios que salíamos juntos en carnavales a escuchar las cosas que nos gustaban y un año se nos ocurrió la posibilidad de hacer algo. Eso desembocó en principio en que un año nos disfrazáramos cuando en aquel entonces los únicos que lo hacían eran las agrupaciones. Salimos de árabes y mi suegro, al que le gustaba mucho la música nos hizo un tango a su estilo. Yo sabía que a Adela le gustaba mucho la música y hacía composiciones muy bonitas pero que siempre se quedaban guardadas en un cajón. Yo le comenté a ella que era capaz de hacer un tango y después de ese año, como lo pasamos tan bien, dijimos que para el año que viene íbamos a repetir con Adela haciendo el tango pero sin más pretensiones que salir a la calle. ¿Qué pasó? Que cuando fue a vernos uno de los bandurrias más famosos de Cádiz de aquella época, Manolo de Palacios, a él le gustó tanto el tango que nos empujó a ir al teatro. Así que lo que estábamos mas envenenados con el Carnaval como mi amigo Miguel, Pepe Pastrana, Leonardo Calle y yo mismo dijimos que por qué no lo hacíamos. Lo hicimos a escondidas del coro y después resultó que cuando salió en el Diario el boceto  del primer coro mixto de Cádiz, la gente en el ensayo montó en cólera. Entonces, decidimos votar y lo que saliera se admitiría. Ganamos los que queríamos ir al teatro por un voto y ahí empezó nuestra historia, Ese año gustamos y entonces ya nos enganchamos

—Ustedes fueron una explosión en cuanto al tema de las mujeres pero después esa integración no ha ido tan rápida como debiera.

—En esta cuestión es una frase también que dice mucho Adela y es que la mujer está evolucionando mucho en cuanto a componentes pero no en cuanto a autoras. Después de Adela han venido muy pocas. Lo que falta realmente para que esto sea total es que haya más autoras y directoras de agrupaciones. 

"Siendo presidente del Jurado Diario hubo una noche en la que me rayaron el capó del coche con un insulto”

—¿Cómo cree que está evolucionando el Concurso?

—Creo que el concurso que la dimensión que ha cogido es enorme y yo lo veo bien. Eso sí, creo que los autores deberían escribir mas pensando en Cádiz, El Carnaval tiene más de un siglo de existencia pero el auge que cogió a partir de los 90 con las retransmisiones, hace que haya mucho autores que escriban pensando en lo que tienen después 

—¿De qué es muy seguidor en el Carnaval?

—A mí lo que me gusta más, independientemente del coro que es lo mío, es la comparsa. Soy admirador de todos los grandes comparsistas. A mí me han tachado que si soy de Martínez Ares o de Bienvenido pero yo soy de los que si están en el teatro y me llega algo… Mi termómetro es que los vellos se me pongan de punta, eso es fundamental. La chirigota también me gusta mucho y lo que menos, los cuartetos, aunque me río mucho también con ellos.

—Ha sido una de las figuras más influyentes y más seguidas de manera indirecta al ser presidente del Jurado Diario de este periódico durante algunos años ¿Cómo recuerda esa experiencia?

—Yo entré en el Jurado Diario por Manolo Ragel, que era el presidente . Yo cuando me llamó pensé que quería ver lo que se manejaba allí, quién pone los puntos, quien te quita y quién te pone. Le dije que sí y tengo que decir que nadie me dijo que puntuara más a alguien o menos. Absolutamente nada. Manolo Ragel me dijo que iba a dejar el Jurado Diario y un día me llamó Antonio Pérez Sauci a su despacho y me pidió que lo llevara yo. Yo le dije que sí pero con dos condiciones que yo ya había visto que se cumplía pro quería que me las refrendara: El jurado lo monto yo y que nadie me podía presionar por las puntuaciones. Me dijo que por supuesto. 

—En el Jurado Diario había un nivel de acierto era tremendo.

—Tengo que decir que la sufría más  era Adela, que me decía que qué necesidad tenía yo de que hubiera gente que me dejara de saludar o dejara de ser mi amigo. Yo decía que si alguien dejaba de serlo por eso, es que no tenía que ser muy amigo mío. Pero ella sufría porque los feos que me hacía a mí también se lo hacían a ella como si tuviera culpa de algo. Eso sí me dejaba un poco tocado.

Luis Frade posa en la sede de Diario de Cádiz. Luis Frade posa en la sede de Diario de Cádiz.

Luis Frade posa en la sede de Diario de Cádiz. / Jesus Marin

—¿Le daban mucha carga los autores o componentes de agrupaciones?

—Había autores que se cruzaban conmigo y me insultaban. Incluso en cierta ocasión en un coche que acababa de comprar una noche me rayaron el capó y en letras grades me pusieron ‘Cabrón’. Anécdotas hay muchas, Un antifaz de oro muy conocido de Cádiz, componente de agrupaciones punteras, una vez al salir del palco se me encaró y me quería pegar. O una agrupación, que no voy q decir quiénes fueron y me llamaron cuando estaba en el palco y salí y estaba toda la chirigota y me dijeron que estaba jugando con su dinero  porque decían que lo habíamos puesto en el Jurado diario el 13 y la gente que lo llamaban para contratarlos le ofrecían muy poco dinero por esa circunstancia. Yo les dije que esto era un concurso y si ese año no habían gustado no podía hacer más. Hoy en día yo soy muy amigo de ese autor y me llevo muy bien pero circunstancias así ha habido muchas.

Si hay algo que yo nunca hice fue esconderme, por lo que había algunos que pensaban que era un chulo pero si tenía que ir al ambigú a comerme un bocata, lo hacía sin problemas y hablaba con unos y con otros porque no tenía que esconderme porque no estaba haciendo nada malo.

"Yo tengo la palabra de Kichi de que él no iba a ser el alcalde que iba a cerrar el Club de Tenis tras 100 años de historia”

—¿Cuando se le activa el chip para sacar el coro callejero?

—Después de terminar el concurso oficial, algunos compañeros míos del coro mixto decidieron sacar una chirigota callejera. La primera fue el año que iba en Los Dedócratas y después otras dos más y ya yo fui con ellos  haciendo las funciones de director. Ahí es cuando me enganchó la calle de verdad. Después pasamos dos años y con el tema del jurado diario y tal, se dejó de sacar la chirigota. Un año en el que el concurso acababa muy tarde porque había mucho grupos cada día y en una de las noches tediosas que estás escuchando con Miguel Sánchez, que también fue artífice del coro mixto ,y Manolo Mora, uno dijo  que debíamos sacar un coro y yo comenté que si lo hacía era para la calle. Fue un año en el que además, por cuestiones personales, yo estaba muy bajo de moral, y eso me sirvió de motivación. Y poco a poco nos fuimos juntando gente hasta 30 o 40 personas y decidimos hacer un coro pero sólo para un año. Como autores llevábamos a Antonio Segura y Manolo Sola, que es mi mejor amigo, y dijo que íbamos a hacer un homenaje a Carlos el Legionarios. Por eso nos llamábamos ‘Los lejonarios’. Ese año cogimos Columela y al llegar en la esquina con San Francisco, la marquesina de Del Moral, no podía dar la vuelta y no veas la que tuvimos que liar. No teníamos idea de seguir pero Manolo Sola al final dijo que ya tenía el tipo para el año que viene. ‘Cádiz confrade’. Pues así uno tras otro, este año iba a ser el 20 si no hubiera habido la ausencia del pasado por la pandemia.

—Más allá del Carnaval, ¿con qué disfruta usted?

—Con el deporte. El más importante de todos el fútbol. Jugar ya no juego pero sí soy muy aficionado y soy muy del Cádiz y del Madrid. También he jugado toda mi vida al tenis y sigo haciéndolo, y también al padel desde hace 15 o 20 años.

—Ahora que ha hablado de la practica del tenis. Usted es vicepresidente del Real Tenis Club de Cádiz, que está en uno de los momentos más delicados de su historia con la deuda que le reclama el Ayuntamiento. ¿Cree que va a haber solución este tema y podrá seguir escribiendo su historia?

—Creo que puede haber solución porque las dos partes estamos por la labor de que haya solución. Por un lado comprendemos que el Ayuntamiento pueda estar ahí exigiendo que paguemos una cantidad que no se ha pagado pero se debe entender que no se ha pagado porque el Ayuntamiento no nos ha cobrado. Cuando en el año 2015 va a acabar el contrato de arrendamiento, había unas cláusulas que decía que si las dos partes querían renovar el acuerdo, pues se haría. Cuando llega el 2015, el anterior presidente, Manolo Cotorruelo, habló con el Ayuntamiento a través de José Blas Fernández, y le dijo que no había prisa y que se podía esperar a que pasaran las elecciones. Las elecciones pasaron y hubo cambio en el Ayuntamiento y a partir de ahí se escribió pidiendo la renovación pero se tuvo la callada por respuesta. Quizás el fallo nuestro ha sido que debíamos haber guardado el dinero por si nos lo reclamaban pero no se hizo. También nos exigen pagar el IBI pero si no tenemos contrato, a lo mejor no nos corresponde a nosotros. Estamos en buena lid con el Ayuntamiento, estamos por solucionar el problema y pagar lo que haya que pagar pero lo que sí queremos es que si vamos a hacerlo tengamos constancia de que el Club de Tenis va a seguir con su historia y su contrato de arrendamiento muchos años más. Si resolvemos esas dos osas, no debe haber ningún problema. Lógicamente hemos puesto esto en manos de unos abogados que sean los que lleven el tema con el Ayuntamiento.Yo tengo la palabra del alcalde que en una conversación que tuvimos en 2017 nos dijo a todos los que estábamos allí que él no iba a ser el alcalde que cerrara el Club de Tenis de Cádiz, después de ser el club más antiguo de Cádiz. 

—Usted también ha estado cerca de la política. Su esposa, de hecho, fue concejala con el PSOE en el Ayuntamiento de Cádiz.

—Yo pertenezco al Partido Socialista desde el año 91 o 92 y sigo siendo afiliado de carnet pero nunca he tenido ninguna responsabilidad, salvo cuando Adela del Moral fue concejala con María de la O Jiménez y en esa época hubo una gestora en el partido y yo formé parte de la misma. Salvo eso no he tenido ningún puesto. Cuando Fermín del Moral fue nombrado candidato él habló conmigo para ir en la lista de número cuatro como concejal de Fiestas pero después cuando el partido hizo la candidatura yo ya no aparecía. Nunca he tenido ninguna ambición en ese aspecto. 

—Y con esa mirada de militante del PSOE, ¿qué explicación tiene a esa travesía en el desierto del PSOE en Cádiz que va camino de los 30 años?

—La única explicación que doy es que el partido nuestro es muy cainista. No he entendido nunca los nombramientos de los candidatos. A un alcalde no se le quita porque sí, sino que lo quita los votos de los ciudadanos. Lo de Carlos Díaz fue un gran error quitarlo. Ese fue el primer error y después los sucesivos cabezas de lista no han sido los adecuados. El PSOE perdió una gran oportunidad cuando estaba en la cresta de la ola Emilio Aragón, que tenía que haber sido el candidato. Creo que ha habido muchos enfrentamientos personales y los candidatos no han ido los idóneos y seguimos en esa dinámica.

—¿Cómo ve Cádiz?

—A pesar de las críticas, creo que el tema de los aparcamientos, el hacer la plaza de España peatonal, a mí me gusta, Cádiz es una ciudad pequeñita y el problema es que no tenemos una bolsa de aparcamiento grande. Podría ser los terreno del hospital mientras que se hace o no se hace. Pero si la hubiera tendría que haber un servicio público gratuito para todo el que quiera venir a Cádiz a gestionar cualquier cosa. Nos guste o no nos guste Cádiz es unáis la y no se pasa por aquí sino que se viene. 

En cuanto al trabajo, yo creo que lo que falta realmente es una industria carnavalera. Yo he tenido que ir a Barcelona para buscar cosas para de Carnaval de Cádiz. Parece mentira que siendo una de las grandes riquezas de la ciudad, no tenga una industria de tela, de producción discográfica, de producción de artesanía que la va  habiendo, pero eso debería de ser seña de identidad para España entera. Que tuvieran que venir a Cádiz, Sería un gran impulso para poder trabajar en la ciudad.

—¿Lo último que le faltaba por ver es un Carnaval en verano?

—Pues sí pero se ha demostrado que si se hubiera dejado en febrero, no se hubiera podido celebrar. Nosotros tuvimos un brote en mi coro que estuvimos hasta 20 contagiados en esa fecha. Hay gente que creía que no debía haber carnaval  pero esto es una fuente de ingresos muy grande. Y en el concurso, aunque se va a sar calor, se va a disfrutar también y seguro que va a venir mucha gente en Carnaval. Si este año es un poco distinto, no pasa nada porque junio se disfrazará de febrero.

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