IV Festival Aéreo Internacional Demostración en Cádiz

Un domingo con la vista puesta en el cielo de Cádiz

  • Gaditanos y visitantes abarrotaron el Paseo Marítimo para vivir el espectáculo

Gaditanos y numerosos visitantes abarrotaron el Paseo Marítimo y permanecieron durante tres horas mirando al cielo con motivo del IV Festival Aéreo Internacional de Cádiz, la demostración aérea "que ha servido para hacer felices a muchos niños, lo que no tiene precio", según afirmó la alcaldesa Teófila Martínez cuando agradeció su trabajo a todos los implicados en la organización del mismo, además de cifrar en 230.000 las personas que lo siguieron, 40.000 más que el año pasado, si bien no precisó la fórmula de cálculo utilizada por la Policía Local al respecto.

A las 11'37 minutos el autogiro Girodinamics abría el festival con un homenaje a su creador, el ingeniero murciano Juan de la Cierva. El piloto realizó diversos giros y vueltas durante diez minutos, y le siguió en el aire el Aerohispalis P-96, destacando en el cielo los colores amarillo y azul de su fuselaje.

El público esperaba la aparición del Canadier Contraincendios procedente del aeropuerto de Málaga, pero el narrador informó por la megafonía que el veloz bimotor participaba en la extinción de un fuego en la provincia de Valencia lo que le impedía estar en el festival.

Un Super Puma del SAR, el servicio y búsqueda y rescate del Ejército del Aire, con una mujer como copiloto, llevó a cabo luego un ejercicio de rescate en el mar, para lo que el presunto naúfrago fijó su posición mediante un bote de humo, siendo rescatado en poco más de un minuto mediante una grúa.

Las primeras acrobacias las aportó luego el piloto italiano Luca Salvador, con un avión de 348 caballos de potencia, con los colores de la bandera de su país en las alas. Le siguieron los helicópteros de la Armada SH60, con 60.000 horas de vuelo sin incidente alguno de importancia, que se utilizan para operaciones civiles y militares y que radican en la Base de Rota.

Después la portuguesa Diana Gomes ofreció una tabla de ejercicios acrobáticos, con tirabuzones, avalanchas, trepadas y bajadas, entre otros, para terminar realizando un corazón de humo y despedirse a través de la radio de su biplano de color rojo agradeciendo la acogida y prometiendo volver.

El festival cambió entonces el cielo por la dorada arena de la playa Victoria, a la que cayeron los paracaidistas X-treme y Rex, de Reino Unido y Estados Unidos respectivamente, llenando de humo rojo la zona fijada para su toma de tierra.

Las acrobacias volvieron a continuacion con la estadounidenses Melissa Pembertón, que igualmente terminó saludando al público desde la radio de su aeronave cuando se cumplían las primeras dos horas de espectáculo.

Quedaban por participar los Harriers de la Armada y las patrullas Aspa y Aguila del Ejército del Aire.

Sobre los primeros el jefe de la Escuadrilla, capitán de fragata Isidro Martí Maristany, destacó que era un orgullo participar por cuarta vez consecutiva en el festival y que en la presente edición lo hacían con un aparato de última generación, dotado de rádar y para operaciones nocturnas, que alternó desde maniobras de vuelo lento y despegue vertical con otras acrobáticas. Los Harriers, que sólo han participado además en el Festival de Gijón, apuestan por volver en 2012.

Después llegaron los helicópteros aviones de la Patrulla Aspa, la unidad acrobrática del Ejército del Aire, con base en Armilla (Granada), que ofrecieron cruces por parejas y caidas en barrena, entre otras arriesgadas maniobras, para terminar dispersándose y manifestán su comandante por la megafonía el deseo de volver a volar en Cádiz en 2012 para celebrar La Pepa.

La Patrulla Aguila, con base en San Javier (Murcia), donde radica la Academia General del Ejército del Aire, fue la encargada de cerrar el festival.

El jefe de la misma, el comandante Miguel Puertas, resaltó la singularidad de participar en una demostración aérea de este tipo y a continuación los siete aviones, con la seguridad como principal prioridad, ofrecieron espectaculares maniobras, tanto en grupo como en parejas y en solitario, alcanzando en algunos de ellos los 500 kilómetros por hora de velocidad.

Tras dibujar un corazón concluyeron en formación formando la bandera española con el humo de sus motores cuando eran las dos y media de la tarde.

Pablo González, director del Festival, destacó que para la próxima edición, en 2012, avanzará la participación tanto civil como militar internacional.

Despues aludió al centenario de la mujer en la aviación, representada en el espectáculos por las pilotos Diana Gómez y Melissa Pemberton, y dijo que su presencia irá en aumento, para resaltar que la mujer tiene una sensibilidad especial para la acrobacia, para lo que hace falta sobre todo mantener la cabeza fría. Finalmente elogió la playa de Cádiz como escenario.

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