Todavía Navidad
Están dando 'caló' con...... el calor que está haciendo este verano
El tiempo que hace, ese recurrente y ocurrente tema de conversación que llena los eternos minutos de silencio en cualquier ascensor que se precie, parece este verano el tema de moda. "¡Hace calor!", suelta el personal en sus charlas más habituales, incluso cuando se encuentran con desconocidos, dando a entender que el interlocutor no se ha percatado de que la canícula se ha adueñado del ambiente.
Pues claro que hace calor, es verano. Que unos días hace más, que otros menos, lógico, pero el calor, o la calor para los menos puristas, es tan sustancial al verano como los cubitos de hielo al tinto con gaseosa. Descubrirlo a estas alturas suena raro, pero de vez en cuando alguien tendría que poner un poco de cordura en esta sociedad que se asombra hasta por lo que es normal, y que clama contra el calor como si fuera una de las siete bíblicas plagas de Egipto, y aclarar al mundo que en verano hace calor, que en invierno nieva, que en primavera llueve y que en otoño hay que empezar a ponerse una rebequita, que dirían los borrachos del Selu y compañía.
Efectos del cambio climático aparte, que por cierto están influyendo y mucho en ir dejando poco a poco en dos las cuatro estaciones a las que puso música Vivaldi, convendría que el calor veraniego fuera menos noticia, que nuestras conversaciones no giraran en torno a lo obvio y que no queramos otorgar a cada ola de calor que suframos la categoría de única. "Nunca hemos tenido tanto calor, esto no es normal", es otra de las frases que se sueltan en medio de cualquier conversación y que parecen revelar que quien las dice ha vivido más años que Matusalén y recuerda con profunda nitidez los grados de cada uno de los veranos de su larga vida. Seguro que los más viejos del lugar recuerdan olas de calor que entonces se llamaban mediáticamente de otra manera y que hicieron sudar la gota gorda a nuestros abuelos y a los fenicios que un día se instalaron en este rincón desafiando al levante... y al calor.
No nos asombremos tanto de las altas temperaturas, ni tampoco de alguna que otra lluvia que puede llegar en esos días nublados de agosto en los que el viento del sur humedece nuestra existencia, y sepamos afrontar el calor con los típicos consejos de siempre: eso de hidratarse bien, llevar ropa ligera y no hacer ejercicio físico en la hora punta del calor.
Por lo demás, aprovechemos que estamos en Cádiz, y no en otras poblaciones de interior a quienes la brisa marinera no refresca nunca, y llevemos el calor con más estoicismo y con menos aparatos de aire acondicionado, que están bien para un rato pero no para que se hagan imprescindibles en nuestras casas.
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