Cádiz

Unas cuentas de Rosario por todos los que sufren

  • Antonia Martínez Novas exaltó en la tarde de ayer a la Patrona de Cádiz

"Como los misterios del Rosario, nuestra vida está marcada por la alegría, el sufrimiento y la esperanza en las mejores promesas de Dios para nuestro futuro". Antonia Martínez Novas llevó en la tarde de ayer en Santo Domingo en su pregón a la Virgen del Rosario el sufrimiento de los más necesitados, el de las personas que no tienen comida que llevarse a la boca, de los que no tienen un techo para cobijarse, de los niños sin hogar o los ancianos desatendidos, el de los inmigrantes. Y detrás de todos ellos siempre hay una parte de la Iglesia, de las numerosas órdenes religiosas y también laicas que la componen que tratan de paliar este sufrimiento con numerosas obras y acciones solidarias, todo ello enmarcado en el Año de la Misericordia que este año se celebra.

Fue un pregón también muy personal como la cantidad de rosarios que rezó en su reciente peregrinación a Santiago y las veces que le ayudó en los peores momentos. Y como las cuentas del rosario, trajo plegarias para muchas personas basándose en pasajes del Evangelio: para las parejas que no pueden concebir a través de la Encarnación del Hijo de Dios; para las personas que sufren enfermedades a través de la flagelación del Señor; para los gobernantes que hagan lo mejor para la ciudad a través de la venida del Espíritu Santo; por todos aquellos que se han quedado sin familia por la visitación de Nuestra Señora a Santa Isabel; por los padres y madres que han perdido a un hijo, la crucifixión y muerte de Nuestro Señor; por las personas que se van a casar o lo han hecho recientemente, la autorrevelación en las bodas de Caná; por las mujeres que son víctimas de la violencia de género, el camino del Monte Calvario; y por lo niños, el Nacimiento del Hijo de Dios.

Precisamente Toñi Martínez Novas también pidió a los padres gaditanos que no dejen de enseñar a sus hijos a querer a la Virgen del Rosario y resaltó la tradicional ofrenda de nardos que hacen todos los años los niños a la Virgen del Rosario.

Fue un pregón que tuvo su parte en prosa, su parte poética con algunos pasajes de Miguel Ángel Novo, marido de Martínez Novas, y una parte cantada para una persona que está unida a diversas corales. La pregonera fue presentada por su amigo cofrade Antonio Vela Garrido.

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