Las cosas han cambiado... pero no tanto
Un estudio revela que los adolescentes gaditanos tienen información y están concienciados sobre la violencia de género, pero un alto porcentaje mantiene ideas sexistas
Un gran porcentaje de adolescentes gaditanos mantiene ideas sexistas e ideales de amor romántico en sus relaciones de pareja en un contexto de poca percepción de abuso, lo cual hace que aumente el riesgo de mantener los patrones de violencia de género y continúe en las próximas generaciones. Esta es una de las principales conclusiones del estudio Percepción de la violencia de género en la población adolescente de Cádiz realizado por residentes de enfermería y medicina de familia del Distrito Sanitario Bahía de Cádiz-La Janda.
"Lo bueno es que ya no es la mayoría de chicos los que mantienen esa mentalidad, pero todavía sigue siendo una parte significativa de la población", apunta Ana Lima, especialista en medicina de familia, quien realizó este trabajo como proyecto de investigación de fin de residencia de los centros de salud El Olivillo y La Merced de Cádiz junto a Oana Popa, Pilar Cabral y Cristina Martínez, coordinadas por Ignacio Ruz, médico de familia y tutor de residentes en El Olivillo.
Para realizar este trabajo, han contado con el apoyo de la Delegación de Educación de la Junta de Andalucía y de 13 colegios e institutos de Enseñanza Secundaria (IES) de la ciudad. En concreto, han encuestado a 1.037 alumnos de 3º y 4º de ESO de Cádiz, lo que supone, según Ana Lima, una muestra representativa de la población a la que iba dirigida el estudio.
Esta doctora explica que su especialidad se denomina Medicina de Familia y Comunitaria, por eso querían enfocar el estudio en algo relacionado con la comunidad, "y sabemos que la violencia de género es un problema de salud pública con varias implicaciones en la salud de las mujeres", señala.
Para conseguir la información, han elaborado un cuestionario basado en otro validado previamente en el Informe Detecta de Andalucía, del año 2013, lo que les ha obligado a focalizar su investigación en la violencia de hombre a mujer.
Ana Lima afirma que también se han centrado en esta situación porque es un problema actual del que aún no se observan mejorías. "Al revés, según el Observatorio de Violencia de Género, los números de casos de violencia de género en adolescentes han aumentado, y cada vez se da en edades más precoces. Es algo que nos preocupa porque vemos que no son tan efectivas las campañas de sensibilización. Aún hay mucho que hacer".
Para realizar un diagnóstico de la situación actual, querían estudiar la percepción que tienen los adolescentes de 3º y 4º de ESO de la violencia de género y lo que entienden por una relación de pareja. "Queríamos empezar desde el principio porque para saber qué está pasando, hay que estudiar la base. Por eso hemos elegido este sector de población que tiene la edad en la que la mayoría empieza a tener relaciones de pareja. También queríamos ver si las ideas que tienen los adolescentes sobre las relaciones han cambiado. Hemos visto que las cosas sí que han cambiado, sobre todo en cuanto a información, educación y la concienciación que hay en la sociedad, pero a pesar de todo esto, no ha cambiado mucho la percepción de los jóvenes. Siguen teniendo los estereotipos de género, ideas sexistas, como que la mujer es más frágil que el hombre o que ellos deben tener un rol dominante sobre la mujer. Todos saben identificar el concepto de violencia de género pero no tienen la percepción del riesgo de abuso al que están expuestos con determinadas actitudes", resume.
Concretamente, dentro del estudio que han realizado, han analizado cuatro aspectos diferentes. Así, dentro del concepto que han denominado Factores de riesgo, se han centrado en Los mitos del amor romántico y El sexismo interiorizado. En el apartado Factores de protección, han ahondado en El conocimiento sobre la violencia de género y La percepción de abuso.
Ana Lima señala que han analizado Los mitos del amor romántico porque "el ideal que tenemos del amor puede condicionar la relación de pareja". Pone como ejemplo pensamientos como que el amor supone renunciar a la personalidad de uno mismo para complementar a otra persona, que el amor lo puede todo, que es normal sufrir por amor o que los celos son pruebas de amor. "Eso lleva a la normalización del conflicto y son factores de riesgos que vienen determinados por nuestro contexto cultural histórico". Apunta que en este apartado, han visto que "a pesar de que la mayoría de los jóvenes tienen una percepción distinta del amor, aún un 40% de los encuestados mantiene sus creencias en los mitos del amor romántico, principalmente que el amor lo puede todo y que el amor es posesión y exclusividad".
Respecto al Sexismo interiorizado, afirma que se refiere "al bagaje que tenemos de ideas machistas presentes en nuestra cultura por el que se suele ver a la mujer en un papel de subordinación al hombre; y en una pareja, la relación de poder de uno sobre otro es un factor de riesgo para comportamientos de violencia". En este aspecto, las encuestas reflejan que "la mayoría no está de acuerdo con ideas sexistas, pero uno de cada tres jóvenes mantiene las ideas sexistas, tanto benévolas como hostiles", señala Ana Lima, explicando que al hablar de las ideas sexistas hostiles se refiere a cuando existe una clara dominación del hombre sobre la mujer, mientras que la benévola no ve a la mujer claramente inferior al hombre, pero existen prejuicios que llevan a una subordinación más sutil, como el hecho de pensar que las mujeres cuidan mejor de los niños y los mayores o que son más compasivas, entre otras cosas. "A través de la educación, hay que acabar con esto", agrega. En este apartado del trabajo, han comprobado también que los adolescentes reconocen que las ideas sexistas se transmiten principalmente en los medios de comunicación, a través de la publicidad, el cine o la música, pero no le dan importancia porque creen que eso no les afecta, "a pesar de estar bombardeados por estas ideas".
Respecto al Conocimiento sobre la violencia de género, se han centrado en ver si los jóvenes saben identificar comportamientos de riesgo. "Hemos visto que conocen bien los conceptos de violencia o actitud violenta, pero sólo un 40% atribuye la causa de la violencia de género al machismo y a las ideas sexistas. Entonces, el 60% no sabe reconocer la verdadera causa de la violencia de género", señala Ana Lima, quien apunta que estos datos han mejorado respecto al Informe Detecta de 2013 "pero que un 40% conozca la causa real es aún poco. Hay mucho por hacer todavía", insiste.
En La percepción del abuso, el estudio recoge que el 77% de las chicas no cree estar en riesgo de ser víctima y el 90% de los chicos no piensa que puede ser un maltratador. "Pero la estadística nos dice que, según datos del Observatorio de Violencia de Género, una de cada cuatro mujeres de 16 a 19 años ha sufrido algún tipo de violencia a manos de su pareja", añade.
Ana Lima aclara que el estudio que han realizado "es un diagnóstico de lo que pasa en la comunidad de los adolescentes de Cádiz respecto a la violencia de género". Así, los integrantes de este grupo de trabajo quieren presentar los datos de su estudio y algunos más a la Delegación de Educación y a los centros educativos que han participado "para que sepan lo que pasa y así poder mejorar los programas de educación en prevención de violencia de género". También pretenden sensibilizar a la comunidad médica. "Queremos alertar a todos nuestros compañeros, médicos de familia, para que se incluya este tipo de problemas dentro de la atención a la salud de los adolescentes, que sea un factor que se tenga en cuenta, que estén alerta ante cualquier indicio y sepan detectar los primeros signos". Explica que un médico de Atención Primaria puede detectar en su consulta un posible caso de violencia de género a través de una depresión, ansiedad o embarazo precoz. "Estos son síntomas de alerta", incide Ana Lima, quien afirma que "es importante captar estos problemas, hacer un cribaje y derivar a servicios especializados".
Destaca la importancia de actuar en la población adolescente: "Hay que actuar desde jóvenes para evitar consecuencias futuras de violencia de género y conseguir romper este bucle donde se mete la mujer maltratada, del que es muy difícil salir. Nuestro estudio no trata solo de casos de violencia, sino las ideas que perpetúan la violencia de género y pueden llevar a que se den los casos. De ahí la importancia de actuar desde el principio, para evitarlos", concluye.
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