El laicismo centró ayer las jornadas que celebró el Aula Ciencia y Sociedad de la Universidad de Cádiz en Filosofía y Letras. El historiador y vicerrector de la Universidad San Pablo-CEU de Madrid, Alejandro Rodríguez de la Peña, pronunció una conferencia en la que, primero, enumeró las acepciones que a lo largo de la historia ha tenido la palabra laico, y luego se detuvo a separar los dos conceptos que, actualmente, según dijo, se mezclan a veces cuando se habla de laicismo: por un lado, libertad de culto y por otro, invasión del Estado en la sociedad civil. "Una cosa es el Estado no controlado por la religión y otra, el intento de éste de controlar lo religioso. Pero a las dos cosas se las llama laicismo", señaló.
El conferenciante insistió en que un estado confesional "puede ser perfectamente democrático y tener libertad de culto", y puso como ejemplo a Dinamarca y a Reino Unido, "donde la reina es la máxima autoridad de la iglesia, y ese país nos da 100.000 lecciones en democracia. El modelo anglosajón funciona", añadió convencido. Asimismo, lamentó que existan estados que intenten cambiar a la sociedad, "pues se cambia ella misma, y lo contrario es totalitarismo". La clave, expuso, está en la neutralidad: "El Estado no debe ser laicista, sino neutral. Y ahora en España no hay neutralidad. Nuestro laicismo patrio quiere conducir a la Iglesia a la sacristía y que no salga de ahí. Quiere erradicar el cristianismo".
Tras su intervención, se celebró una mesa redonda moderada por el profesor Rafael Sánchez Saus y en la que intervinieron Rafael Padilla, catedrático de la Facultad de Derecho de la UCA; Francisco Pavón, titular de Didáctica de la UCA; Miguel Ángel García Mercado, filósofo; y Lourdes Girón, licenciada en Historia.
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