Uno de los grandes frentes de acción de Cáritas Diocesana es devolver a la sociedad a esas personas que en peor situación de exclusión o de vulnerabilidad se encuentran; esas que quedan fuera del sistema, y que encuentran en la institución religiosa un último hierro al que agarrarse para engancharse a la vida y a la dignidad de un trabajo, una vivienda y una familia. Por eso, se vienen potenciando los programas y las acciones donde se reflejan la voluntad decidida por este objetivo.

En la actualidad son dos los principales actores de estos programas de empleo. De un lado, la Agencia de Colocación, que durante el pasado año atendió a 283 personas, once de ellas derivadas por el Servicio Andaluz de Empleo. Para hacer viable esta agencia, Cáritas mantiene en la actualidad convenio con un total de 78 empresas colaboradoras y con otros 40 empleadores particulares, lo que hace posible esa labor de valorar los perfiles profesionales de los candidatos, analizar los requerimientos y características de los puestos de trabajo ofertados por las empresas, poner en contacto a los candidatos con las empresas, captar y gestionar ofertas de empleo y asesorar en entrevistas de trabajo para los puestos ofertados.

El otro gran proyecto que logró poner en marcha Cáritas Diocesana es la sociedad limitada Inserta Cádiz, que promueve la creación de puestos de trabajo de inserción reutilizando la ropa donada “con criterios de dignidad y transparencia y sensibilizando sobre modelos de consumo responsable y sostenible”, según explican desde esta institución. Visibles son los contenedores rojos (45 en total) que hay repartidos por distintas localidades de la diócesis donde se reciben las donaciones de ropa; donaciones que en 2020 alcanzaron los 213.908 kilos.

Esta labor permitió el pasado año que siete personas ocuparan los dos puestos de inserción que ofrece esta sociedad de titularidad propia de Cáritas al 100%, y que esperan ahora a que la Junta de Andalucía la incluya en el Registro de Empresas de Inserción.

Programas de Empleo

Lo que cada año era el principal destino de los recursos de Cáritas Diocesana en Cádiz ha pasado a raíz de la pandemia a un segundo plano. Aún así, ha experimentado también un incremento económico respecto a la labor lograda en 2019, alcanzando su acción a un total de 444 personas, de las cuales 88 han conseguido un trabajo. Una cifra muy destacada teniendo en cuenta que Cáritas “no trabaja con alguien que ha perdido el trabajo hace cuatro días, sino con personas en clara situación de exclusión social”, como ha matizado este viernes el obispo Zornoza.

Estas personas son atendidas mediante itinerarios de inserción que buscan “promover la inclusión social y la igualdad de oportunidades a través de la mejora de la empleabilidad”; para ello se realiza un seguimiento personalizado de orientación laboral, formación para el empleo y mediación laboral. Todo ello, además, a lo largo y ancho del territorio diocesano, en un sobreesfuerzo que realiza Cáritas para “estar lo más cerca posible de la gente y evitar un servicio centralizado en la capital o en las ciudades más importantes”, según ha señalado el director general de la institución, José María Espinar.

A los distintos programas y acciones dirigidos al empleo accedió en 2020 un perfil que responde a desempleados españoles en situación de vulnerabilidad social y mujeres de entre 25 y 45 años con baja cualificación profesional, cargas familiares y especiales dificultades para acceder a los recursos sociales o al mercado de trabajo sin apoyo externo.