Una boda civil celebrada ayer en el Ayuntamiento de Cádiz acabó con una trifulca a las puertas de la iglesia de San Juan de Dios, con un detenido y una menor de 15 años, que se encontraba fugada de un centro tutelado, devuelta a los responsables de dicha institución.

La ceremonia no pasó desapercibida para nadie. Policías con chalecos antibalas se desplegaban por la planta noble del Consistorio, en una imagen inédita. La explicación que dieron los agentes es que se estaba casando un preso peligroso.

Cuando parecía que más allá de la anécdota no habría noticia, estalló una trifulca en la calle. Según parece, el recién casado sólo tenía permiso para casarse y a las tres de la tarde debía volver a prisión. Ante las urgencias de los agentes una menor comenzó a increparlos, lo que provocó que se le pidiera la identificación, a lo que esta se negó. Unos educadores de un centro de tutela de menores que se habían desplazado hasta el lugar informaron a los agentes que habían denunciado la desaparición de la menor del centro donde está internada.

Así pues, y tras comprobar que la menor se había fugado para ver el enlace nupcial de su madre, fue trasladada a efectos de protección hasta la Comisaría Provincial donde fue realizada el acta de entrega a sus cuidadores.

El novio de la menor, de 17 años, en el momento de introducir a la joven en el vehículo policial, agredió de forma repentina a los agentes, propinándoles patadas y puñetazos, por lo que fue detenido como presunto autor de los delitos de resistencia y atentado contra agentes de la autoridad.

Igualmente dos invitados de la boda fueron propuestos para recibir una sanción administrativa por infracción de la Ley Orgánica para la protección de la Seguridad Ciudadana.