De chalé a escombros en tres décadas

La antigua residencia Fernando Aramburu fue construida en 1976 y estrenada en 1980 por el entonces ministro de Trabajo

La antigua residencia Fernando Aramburu, antecesora de Tiempo Libre, en una foto de Juman.
P-M.d. / Cádiz

03 de julio 2009 - 01:00

Algo más de treinta años habrán pasado desde la foto que ilustra este reportaje a la que dentro de unos meses podrá tomarse del solar de Tiempo Libre. Una edad demasiado joven para un edificio. La aluminosis que amenaza a no pocos edificios ha dictado la sentencia de muerte con la residencia del Paseo Marítimo, que fue construida en 1976 por el arquitecto Miguel Martínez de Castilla.

El edificio se levantó sobre la antigua residencia Fernando Aramburu y su construcción no estuvo exenta de numerosas dificultades. Aunque se construyó en 1976, no sería hasta el 7 de enero de 1980 -según reflejan las crónicas de Diario de Cádiz- cuando se inaugurara oficialmente la residencia Tiempo Libre, de manos del entonces ministro de Trabajo, Rafael Calvo. A ese acto acudieron también el entonces presidente de la Diputación, Gervasio Hernández Palomeque (que después fuera concejal del Ayuntamiento de Cádiz); el alcalde Carlos Díaz y los parlamentarios Antonio Morillo y Pedro Valdecantos.

Se iniciaba entonces la actividad de ocio para la que había sido concebido este equipamiento, arrastrando el legado de los planes sociales del Régimen (el Instituto Social de Tiempo Libre del Ministerio de Trabajo). A lo largo de todos estos años, el edificio ha acogido múltiples actividades y ha servido para mucho más que la estancia temporal de funcionarios de la Junta de Andalucía.

A esto se une también la localización de diferentes actividades en los bajos de Tiempo Libre: desde una pista deportiva por la que han pasado cientos de gaditanos hasta una comisaría de policía, incluyendo también tres conocidos negocios de hostelería.

El primer director que tuvo la residencia Tiempo Libre fue Ángel Jesús Bilbao, un gaditano que fue el administrador de la anterior residencia.

Pero al cumplir 30 años y después de la intención de aplicar una reforma a las instalaciones, con una falsa alarma por la aparición de un foco de legionela, la situación del edificio cambió considerablemente. Los informes realizaron habían detectado aluminosis, lo que se traduce en su demolición y da también muestra de la baja calidad del propio equipamiento. De hecho, en la guía de arquitectura de Cádiz simplemente se destaca de esta construcción "el acertado empleo del acero Corten en fachada, en una composición muy influida por la arquitectura inglesa de los sesenta".

Con esta leve referencia y miles de historias y recuerdos que de su estancia en la residencia de Tiempo Libre guardarán miles de personas, el edificio será demolido en los próximos meses para ver nacer otro nuevo equipamiento. Tres décadas han pasado desde que fuera construido hasta que sea derribado. ¿O surgirá ahora también un grupo de presión que abogue por no tirar Tiempo Libre?...

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