La Asociación Madre Coraje ha cargado esta semana el contenedor de ayuda humanitaria número 175 que esta ONG ha enviado con destino Perú desde sus inicios hace 16 años. Este envío, que partió ayer del puerto de Cádiz, contiene 20.600 kilos de material humanitario. De estas dos toneladas hay que destacar 10.610 kilos de alimentos que tendrán como destino las principales obras de apoyo continuo con las que Madre Coraje cuenta para la distribución de la mercancía que envía a Perú. Entre estas instituciones se encuentran la Sagrada Familia, Aldea del niño Beato Junípero Serra y el Comedor de la Salle así como instituciones de los jesuitas.

El envío de alimentos a comedores escolares es fundamental, no sólo para mantener un nivel nutricional óptimo, sino para que los niños y niñas puedan tener un rendimiento académico adecuado, que con la falta de alimentos no lo conseguirían.

Aunque la colaboración de particulares y empresas siempre ha sido muy positiva, Antonio Gómez, presidente de Madre Coraje, destaca "la necesidad de aumentar la donación de alimentos ya que, tras la implicación de los españoles motivada por el terremoto que asoló Perú en agosto, nuestras instituciones se ven en la actualidad con esta carencia que debemos solventar. Es necesario enviar más alimentos a Perú, por lo que pedimos la colaboración de todos".

Además de este importante envío alimentario, este contenedor incluye 3.180 kilos de ropa etiquetada, 2.745 kilos de material sanitario, 1.440 kilos de medicamentos, 586 kilos de libros y casi 300 kilos de material de bebé, entre otros.

La Asociación de Madre Coraje se mueve en torno a tres grandes principios a la hora de llevar a cabo su tarea: el de igualdad-fraternidad, el de solidaridad y el de gratuidad.

Sobre el primero, la organización no gubernamental entiende que todos los hombres y mujeres comparten el mismo origen y forman parte de la misma familia humana en condiciones de igualdad de derechos y deberes, sin distinción de razas, creencias, ideología, género o cualquier otra condición.

El segundo de los principios, el de la solidaridad, cree que éste es la raíz de todo proceso de humanización.

Por último, la ONG Madre Coraje entiende que la actividad solidaria que lleva a cabo ha de ser considerada como un deber de justicia sin esperar ninguna compensación ni agradecimiento a cambio.