Cádiz, un desierto interminable para el PSOE

El mes de junio de 1995 se puso el punto y final a 16 años de gobiernos socialistas en la ciudad de Cádiz. Tres décadas, ocho elecciones, seis candidatos y muchos disgustos después, la sequía continúa

Los interminables enfrentamientos internos han lastrado mucho al PSOE local

No todo el monte era orégano para el PSOE de Cádiz

Cádiz 1995: Así era la ciudad que perdió el PSOE

Carlos Díaz y Teófila Martínez conversan en la Alcaldía de Cádiz en el mes de junio de 1995, pocos días antes del histórico relevo al frente de la ciudad.
Carlos Díaz y Teófila Martínez conversan en la Alcaldía de Cádiz en el mes de junio de 1995, pocos días antes del histórico relevo al frente de la ciudad. / Joaquín Hernández 'Kiki'

Sábado 17 de junio de 1995. A última hora de la mañana Carlos Díaz baja por última vez las escaleras del Ayuntamiento como alcalde de Cádiz. En las últimas horas ha asistido en el salón de plenos a la histórica investidura de Teófila Martínez como regidora y luego, en el despacho de la Alcaldía, ha participado con elegancia en el tradicional acto de arqueo de cuentas que supone el relevo formal al frente de la ciudad. Lo que nadie sabía entonces es que al mismo tiempo que Carlos Díaz pisaba la calle siendo ya ex alcalde tras 16 años en el cargo, el PSOE de Cádiz hacía lo propio adentrándose en un desierto desconocido, asfixiante, interminable y agotador en el que hoy, 30 años después, continúa deambulando.

Tres décadas, ocho elecciones municipales y seis candidatos a alcaldes diferentes. Todo esto es lo que lleva en su mochila el PSOE de Cádiz en esta larga travesía por el desierto. De momento en el horizonte lo único que se atisban son, como mínimo, dos años más en la oposición. Y en la cabeza de todos los socialistas se repiten dos preguntas que resuenan con un eco terrible. Una de ellas, la de qué ha pasado para seguir en esta situación, tiene mil respuestas, pero nadie sabe cuál es la correcta. Y la otra es la que más duele, porque esa sí que nadie se atreve a contestar: ¿cuándo volverá a gobernar el Partido Socialista en Cádiz?

Es una evidencia que el PSOE tiene un problema serio en la ciudad. El dato que mejor lo atestigua es que en el conjunto de todas las capitales de provincias andaluzas y de otras ciudades importantes de la comunidad, la sequía socialista en Cádiz sólo tiene parangón en Málaga. Pero hay una diferencia: la capital de la Costa del Sol lleva 30 años confiando en el PP, primero con Celia Villalobos y luego con Francisco de la Torre como alcaldes. En Cádiz, no. La capital gaditana hasta llegó a confiar en la izquierda en los ocho años de Kichi, pero ni siquiera ahí el PSOE fue capaz de tocar poder. ¿Las razones de esta travesía sin fin? Pues muchas y variadas, desde errores propios a la existencia enfrente de adversarios potentes. Y quizás una pizca de mala suerte.

Del primero de los muchos errores cometidos por los socialistas gaditanos en estas tres décadas se ha escrito mucho. Y es que no dejar que Carlos Díaz se presentara a la reelección en 1995 terminó siendo una lección gratuita para todos los partidos políticos de cara al futuro: a un alcalde con mayoría absoluta más vale no moverle la silla. El PSOE entonces no lo sabía, creía que seguiría ganando pusiera a quien pusiera al frente de la lista, pero la realidad les despertó del sueño hace ahora tres décadas y lo sigue haciendo cada cuatro años.

Al PSOE de Cádiz se le ha echado en cara sus continuos enfrentamientos internos en la ciudad y el poco peso de sus candidatos a alcaldes entre la ciudadanía. Lo primero es una verdad como un templo; lo segundo no es del todo correcto.

Concejales del PSOE en Cádiz
Año Candidato Concejales
1979Carlos Díaz9
1983Carlos Díaz18
1987Carlos Díaz16
1991Carlos Díaz14
1995Fermín del Moral7
1999María de la O. Jiménez6
2003Rafael Román8
2007Rafael Román8
2011Marta Meléndez7
2015Fran González5
2019Fran González5
2023Óscar Torres7

Las rencillas y envidias en el socialismo gaditano siempre han sido un lastre, tanto cuando había varias agrupaciones del PSOE en la ciudad como cuando todas se unificaron. Y el último ejemplo se vivió el mes pasado, cuando más del 60% de la militancia prefirió quedarse en casa antes que apoyar la reelección de José Ramón Ortega como secretario general. Da la impresión de que ningún candidato a alcalde ha tenido detrás el apoyo total del partido, como si hubiera muchos esperando el batacazo en las urnas para celebrarlo.

Y el otro gran error del PSOE se produjo en junio de 2015, cuando el escrutinio lo situaba por primera vez como tercera fuerza política de la ciudad y con la obligación de decantarse entre permitir la continuidad de Teófila Martínez en la Alcaldía o aupar a Kichi. Aquella fue la única ocasión en la que los socialistas pudieron retornar al gobierno municipal. A la desesperada y con la boca pequeña el PP llegó a ofrecerles un pacto, con dos años con Teófila en la Alcaldía y los dos siguientes para Fran González. El no socialista a quienes eran sus grandes adversarios fue rotundo, como lo fue también su negativa a plantear siquiera un gobierno de coalición a Kichi. Acomplejados con eso de ser casta, los socialistas se limitaron a propiciar el relevo en la Alcaldía y a criticar todo lo criticable desde la oposición, una decisión que se comprobó errónea a la vista del pronunciamiento que tuvieron las urnas en 2019.

Pero que los candidatos socialistas no fueran de calado es muy discutible. Valga solo con recordar que Fermín del Moral puso su cara en el cartel siendo viceconsejero de Obras Públicas de la Junta, que María de la O Jiménez intentó el salto a la Alcaldía tras varios años como delegada provincial de Salud de la Junta de Andalucía, y qué decir de Rafael Román, que ya lucía en su currículum su experiencia como consejero de Cultura de la Junta, como senador y como presidente de la Diputación de Cádiz. Un fallo de Román pudo ser que desde el primer momento repitió a diestro y siniestro que no quería ser alcalde. Pues deseo concedido.

Rafael Roman, Federico Pérez Peralta, Marta Meléndez y Francisco González Cabaña, en octubre de 2010.
Rafael Roman, Federico Pérez Peralta, Marta Meléndez y Francisco González Cabaña, en octubre de 2010. / Julio González

En estas tres décadas el PSOE ha buscado hasta la saciedad un mirlo blanco que relanzara el partido, pero no lo ha hallado. Sonó en reiteradas ocasiones el nombre de Emilio Aragón y hasta se señaló con más o menos firmeza a Bibiana Aido, Luis Pizarro o hasta al propio Francisco González Cabaña como alcaldables, pero nada. Quienes sí levantaron la mano fueron militantes que, provenientes de la cantera, intentaron alcanzar la gloria, pero ni Marta Meléndez ni Fran González ni Óscar Torres cumplieron el objetivo principal. Este último, al menos, puede enorgullecerse de que llegó a tocar la Alcaldía con los dedos durante el escrutinio de hace dos años, aunque le terminaron faltando unos 300 votos para poder plantearle una alianza a Adelante que le sentara en la Alcaldía. ¿Fue mala suerte? Quizás, o las cosas de la democracia.

En estos 30 años el PSOE ha perdido más de 22.500 votos y no ha llegado siquiera a los nueve concejales, cuando Carlos Díaz alcanzó los 18. Ese éxito también lo repitió varias veces Teófila Martínez, que terminó siendo un muro infranqueable en el que PSOE no paró de chocarse una y otra vez. El miedo de los socialistas es que Bruno García se asiente en la Alcaldía con la misma consistencia, una duda que empezará a resolverse en 2027.

El PSOE lo intentará otra vez dentro de dos años, faltaría más, pero optimismo, lo que se dice optimismo, tampoco es que corra a raudales por la sede de Gaspar del Pino. Son 30 años ya de travesía por un desierto que parece interminable. Hay quien intuye un oasis allí en la lejanía, pero existe la posibilidad de que termine siendo un espejismo. ¿Otro más?

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