El caballo español vuelve a bailar al ritmo del piano de Manolo Carrasco

Como un traje a medida. Música para vestir la nobleza, la raza y el carácter del caballo español. Sinfonía ecuestre. Un vestido en blanco y negro, como las teclas del piano de Manolo Carrasco, que, al trasluz, descubre los mil colores del señorío de la gloriosa figura del regio animal. Sinfonía ecuestre. Arte y disciplina de jinetes diestros, de músicos inspirados. Sinfonía ecuestre. El nuevo espectáculo que firman el pianista gaditano y la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre de Jerez de la Frontera. Un acontecimiento con doble estreno, en Madrid, el próximo jueves, y en Cádiz, en el Estadio Carranza, el sábado 25 de julio.

"Siempre nos ha sentado muy bien esta unión entre las composiciones de Manolo y nuestros caballos andaluces". Rafael Soto, profesor del centro jerezano , habla, distendido, sobre el intérprete y compositor que se sienta a su lado. Carrasco asiente, certifica las palabras del jinete y medallista olímpico y, además, suma "toda la ilusión" que supone volver a trabajar con material sensible, sus emociones. "Desde chico soy un gran enamorado de los caballos", dilucida el pianista, casi el diseñador, que elabora los lienzos musicales para los caballos de la Real Escuela.

Feria de Jerez, Al son de la garrocha, Aires a caballo, Trabajos en la mano, Fantasía Olímpica, Pasos de dos en fantasía, Riendas largas y Carrusel son los vestidos, las piezas, que adornarán y marcarán el baile de los animales en un montaje que bebe del espíritu "de aquel maravilloso espectáculo que hace nueve años ofrecimos juntos en Chapin", recuerdan.

Caballos, jinetes y orquesta sinfónica retoman esa amistad "que tan buenos momentos ha dado", dicen, en un ballet ecuestre creado sobre coreografías "para doma clásica y vaquera" con música netamente "española, andaluza y flamenca".

Soto precisa: "Realmente el espectáculo tiene dos facetas diferentes, en una de ellas, fundamentalmente, compuesta por Feria de Jerez y Al son de la garrocha, se muestra el caballo de campo, lo que es la doma vaquera, que trasmite mucho y es muy expresiva. En la segunda, se muestra la doma clásica, muy hermosa también y con mucha técnica", explica el medallista de Atenas que protagonizará, junto con el ejemplar Invasor (con el que fue a las Olimpiadas, entre otras muchas competiciones), Al son de la garrocha. Un número "espectacular", califica Carrasco, donde hay que demostrar la soltura con esa vara que se utiliza en el manejo del toro bravo. "Es un número complicado porque hay que acelerar, frenar, revolverse, es decir, muchos cambios de velocidad y movimiento en poco tiempo", explica Soto, encantado de que la coreografía se acompañe de unas alegrías de Cádiz, mientras que Feria de Jerez, "otra pieza emblemática con los jinetes de corto y las niñas en la grupa", estará mecida por una bulería de la tierra.

Mientras que el flamenco se reserva para el arrebatado estilo vaquero, Carrasco idea piezas de corte sinfónico para la doma clásica donde intervendrán "unos pura raza de físico redondeado, de formas graciles, armónicos y temperamentales", define Soto, es decir, buenos ejemplares de la silla del rey, tal y como se conoce a esta raza, hermosos en movimientos como el piafé o el passage.

Movimientos que los gaditanos, aficionados al mundo del caballo y curiosos, podrán contemplar en el Estadio Ramón de Carranza. "Da igual que el público desconozca el universo ecuestre. Simplemente tienen que dejarse llevar y seguro que disfrutan porque el espectáculo transmite mucho", aseguran Carrasco y Soto que esperan que Sinfonía ecuestre pueda verse también en otros lugares dentro y fuera del país.