Cádiz

Por el asfalto camino de las arenas

  • Ayer sonaron sevillanas en el interior de Santo Domingo, donde los rocieros gaditanos se despidieron de la Patrona de la ciudad, que coincidió que estaba a los pies del altar mayor

El camino de la hermandad de El Rocío por las arenas en busca de Almonte se inicia en el asfalto. Ese asfalto de la Avenida principal a la que desemboca la parroquia de San José, sede canónica de la corporación. Allí comenzó a primera hora de la mañana de ayer la romería de Cádiz, con una eucaristía que estuvo presidida por el obispo, Rafael Zornoza, quien comparó el camino del Rocío con el "camino de la vida". "Nuestras peregrinaciones en la vida son muchas y necesarias para dar gloria a Dios", dijo durante la homilía Zornoza, que pidió a los rocieros que cuando regresen a Cádiz la próxima semana "debe continuar ese camino de vida, que no se quede en las marismas".

El camino de asfalto de la Avenida llevó a la hermandad hasta la iglesia de Santo Domingo, previo paso por el Ayuntamiento, donde se incorporó una representación municipal liderada por la alcaldesa, para despedirse de la Patrona.

Pasaban las diez de la mañana cuando la carreta del Simpecado, tirada por dos caballos, entraba en la plaza de San Juan de Dios. Aunque el ambiente en el casco histórico era menor que el de años anteriores, volvieron a verse a muchas mujeres vestidas con traje de flamenca, participantes en su mayoría de excursiones paralelas que se organizan para ver la salida de la hermandad de Cádiz o su embarque posterior en Bajo de Guía.

En el interior de Santo Domingo, una rociera cantaba una sevillana en la que unía las devociones al Rocío y a la Virgen del Rosario, que precisamente lucía esplendorosa a los pies del altar mayor. Posteriormente se rezó un Avemaría y se entonó la Salve rociera, no sin antes desear el prior de los dominicos, Pascual Saturio, un buen camino a los peregrinos gaditanos, alrededor de 140 este año. Además, curiosamente, aprovechó Saturio "que ahora están aquí las dos alcaldesas de la ciudad" (en referencia a Teófila Martínez y a la Virgen del Rosario, alcaldesa perpetua) para pedir por las autoridades "en estos tiempos tan difíciles que están viviendo" y para que realicen una buena labor.

La carreta con el Simpecado esperaba en Plocia el reinicio de la marcha, que llevó a los rocieros por el asfalto hasta Salesianos, donde con el rezo del Ángelus se despidieron de Cádiz. Y así, nuevamente a través del asfalto de la carretera llegaron al caer la tarde a Sanlúcar para adentrarse, al fin, en las arenas del Coto de Doñana, que cruzarán (con más calor que años anteriores) hasta llegar el viernes a la aldea del Rocío.

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