Los jugadores del Sevilla y Cádiz dejaron parte de sus energía de ayer para el final del encuentro para enzarzarse a puñetazos en el túnel de vestuarios. El bochornoso espectáculo fue iniciado por Diego Armando Maradona, que nada más pitar el árbitro el final del partido se fue para el banquillo local insultando con gritos de 'cabrón' e 'hijo de puta' a sus ocupantes, especialmente hacia el segundo entrenador amarillo, Paco Baena. Cuando interviene para poner paz Ramón Blanco, el segundo entrenador del Sevilla, José Ángel Lemme, agredió por detrás a los jugadores del Cádiz y se organizó una gran tangana en la que intervinieron además, Simeone y Conte.
El partido terminó en empate, pero fue lo de menos. Carmelo reconoció haber respondido a las provocaciones de Maradona mandándolo por cocaína. El argentino acusaba a Baena de provocarlo y gritaba en el vestuario que se atrevieran a insultarlo a la cara. De pena.
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