En la crisis que vive el PSOE se ha abierto un nuevo capítulo: el inicio de la caída del guerrismo. En la provincia de Cádiz, donde existía un importante grupo de seguidores del exvicepresidente del Gobierno, nadie se identifica ahora con su antiguo patrón.

En la votación del grupo parlamentario, los cinco diputados socialistas gaditanos, mayoritariamente de tradición guerrista se pasaron al felipismo apoyando la candidatura de Carlos Solchaga.

El desmarque de los guerristas gaditanos comenzó en el último congreso federal donde Ramón Vargas Machuca apostó por la renovación en contra de las tesis del propio Alfonso Guerra.

Todo parece indicar que el antes todopoderoso Guerra ha caído en desgracia desde que apareciera el asunto de su hermano Juan. Salió del Gobierno y el propio Felipe le arrebató las riendas del partido y de la campaña electoral. Cádiz parece huérfana de guerristas.