En tres años se han registrado siete sucesos similares
El más grave es el de Julio Rico de Sanz en 2007, donde ardieron unas 30 motos y varios coches
Siempre de madrugada, entre las tres y las cuatro. Siempre haciendo uso de elementos quemados como motos y coches de bebé. Siempre con la mismas consecuencias: edificios incendiados, personas desalojadas y, afortunadamente, sólo vecinos asustados y algún herido leve. Todos los casos pudieron sin embargo haber terminado en tragedia.
Lo que ya no están tan claras ni son reiterativas son las causas. En algunas ocasiones se emplearon como maniobra de despiste para cometer un robo, sin embargo en otras el único motivo que puede deducirse es el afán de ocasionar el mal ajeno y una clara conducta delictiva.
En tres años se han registrado un total de siete casos similares de mayor o menor magnitud. El primero, y el más grave, fue en marzo de 2007. Se incendiaron una treintena de motos y varios vehículos en el callejón entre dos bloques de Julio Rico de Sanz. El objetivo era robar en la calle Ancha. El fuego obligó a desalojar dos bloques de pisos. Los autores fueron detenidos y condenados a ocho años de cárcel.
El año pasado se produjeron otros cuatro y volvieron a hacer saltar la alarma entre los vecinos. Se registraron tres en una sola noche, en una sola hora. Se emplearon cochecitos, en unos casos, y contenedores, en otro.
Este mismo año, este mes, se han producido otros dos. El pasado lunes se quemaron 12 motos en San Francisco Javier. El día 14, otro, con sólo una moto en llamas.
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