"La actitud es el 50 por ciento de la curación"

Remedios López se operó en septiembre de cáncer de mama y está pendiente de sesiones de radioterapia

Remedios López Cuadrado, en uno de los pasillos de la Unidad de Patología Mamaria del Hospital Puerta del Mar.
Pilar Hernández Mateo Cádiz

13 de octubre 2015 - 01:00

Remedios López Cuadrado sufre cáncer de mama. Y lo dice así, con toda la naturalidad del mundo. Le quitaron un tumor maligno y dos ganglios el pasado 15 de septiembre. Ha podido conservar la mama y ahora está pendiente de sesiones de radioterapia "y un tratamiento de cinco años de pastillas", comenta.

Ella conocía de cerca esta enfermedad desde 2008, que se hizo voluntaria de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Cuenta que cuando le dijeron lo que tenía, "me fui a mi casa a llorar, y desde entonces no he llorado más. Ni he sentido miedo, porque he confiado mucho. He tenido suerte, porque he conocido a mucha gente que ha pasado por lo mismo y he visto que son fuertes y valientes, y eso me ha dado mucha fortaleza para no preocuparme más de la cuenta. También me siento muy arropada por mi familia y mis amigos. Esto es fundamental", relata.

Remedios fue derivada a la Unidad de Patología Mamaria del Hospital Puerta del Mar tras una mamografía que se hizo por el Programa de Detección Precoz de la Junta. "Cuando me avisaron de que ya me tocaba, yo la retrasé porque estaba de vacaciones y, cuando me hice la mamografía, me llamaron en menos de una semana para decirme que tenían que hacerme un estudio". Le hicieron una ecografía "y me dijeron que iban a tener que hacer una biopsia, que me hicieron del tirón. El resultado me lo dieron en diez días, y la espera de ese resultado fue lo peor. Presentía que iba a tener algo malo y estaba muy sensible. Pasé sobre todo una noche muy mala, pero luego pensé que para qué me iba a preocupar antes de tiempo, y después de pensar eso me relajé".

Fue a recoger el resultado con su marido y su hijo. "Fue muy alentador que estuvieran allí, además, ya no tenía que pensar cómo se lo iba a decir". "Cuando te dan la noticia, es impactante y lo que piensas es que te va a cambiar la vida y no sabes cómo evolucionará la cosa. Ese miedo está. Pero conocer a otras mujeres que han pasado por lo mismo me dio mucha fuerza. También me dio confianza el personal que hay en el hospital, estoy muy agradecida por el buen trato que siempre me han dado. Es verdad que le das muchas vueltas a la cabeza, pero intentas ver todo positivo". Dice que cuando más se "comió el coco" fue mientras esperaba la operación, ya que le diagnosticaron el cáncer en verano "y me dijeron que tenía que esperar a septiembre porque no había personal".

Ahora se encuentra "estupendamente". Hace vida normal, "aunque tengo un poco de limitación en el brazo porque todavía es pronto, pero noto la mejoría por día. Lo hago todo, con más cuidado, pero todo. Lo que peor llevo es que, de momento, no puedo conducir". Espera que "en uno o dos meses como mucho" pueda volver a su trabajo en un comedor escolar en San Fernando.

Remedios destaca que, por su labor como voluntaria, "he visto todo tipo de cáncer y al ver cómo va transcurriendo el mío, me siento afortunada y orgullosa de haberlo asimilado y llevado tan bien, porque es una forma de demostrar que es una enfermedad más". Sabe que su actitud positiva puede ayudar a otras personas e incluso a su recuperación porque "la actitud es el 50% de la curación. Eso nos lo enseñaron en el primer curso de voluntariado y estoy convencida de que es así. Yo lo he comprobado".

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