La Virgen de Tampico
Cádiz Ilustrada Opina
La asociación gaditana de defensa del patrimonio propone que esta pintura, restaurada en el año 2000, se traslade a la Catedral de Cádiz
En la iglesia de Santa Catalina de Cádiz, capilla que fue de la V.O.T de Capuchinos, se encuentra el cuadro de la Virgen de Tampico. Una obra pictórica muy desconocida que tenemos en Cádiz y de la que solo el historiador Juan Antonio Fierro Cubiella ha tomado conciencia de su valor artístico e histórico y ha trabajado en el transcurso de dos décadas, primeramente, para que fuese restaurado y, luego, conocido. Durante los seis últimos años, esta iglesia ha sido la sede temporal de la Real Parroquia Castrense del Santo Ángel Custodio mientras ésta estaba siendo sometida a obras de rehabilitación. Paréntesis que concluyó el pasado 9 de julio cuando se celebró allí la última eucaristía, y para el próximo día 31 se ha programado el trasladado en solemne procesión de las imágenes depositadas que vuelven a su remozado templo del Santo Ángel Custodio.
Con ello se abren nuevas expectativas para la iglesia de Santa Catalina, y para el escasamente desconocido patrimonio que contiene. La Asociación Cádiz Ilustrada es conocedora de la labor que viene realizando el Obispado en la difusión y conocimiento de su patrimonio artístico gaditano y en particular el que viene desarrollando el Cabildo Catedralicio en este aspecto; ya que de todos son conocidas las mejoras llevadas a la práctica en la Catedral en diversos ámbitos, como ha sido la adquisición y restauración del cuadro de la Virgen de los Remedios, actuaciones en la Capilla de la Asunción, la torre del Reloj y la sala dedicada al Monumento del Corpus dentro de la cripta.
Es por lo que esta Asociación considera que es el momento para proponer al Obispado que este cuadro de la Virgen de Tampico pueda ser trasladado a un espacio donde pueda ser contemplada por un público más amplio, como puede ser la S. I. Catedral, donde ya se expone el comentado cuadro de la Virgen de los Remedios.
Bueno es recordar entonces que este lienzo (de aproximadamente un metro de ancho por 2,50 de alto) aparece citado bajo la advocación ‘Nuestra Señora de Tampico’ en el Inventario de Capuchinos de 27 de octubre de 1919 firmado por el sacerdote José Malvárez Parodi, y que tras múltiples vicisitudes padecidas por aquel templo, se encontraba en pésimo estado en 1996 lo que motivó que con la aportación de una participación popular fuese restaurado magistralmente por Francisco Fernández-Trujillo, haciendo la entrega de la obra en julio del año 2000. Este descubrió una iconografía impresionante cuya figura central y principal corresponde a la de la Inmaculada Concepción cubierta con el manto estrellado de la noche; para la que se utilizó en esta ocasión una modelo india, en tanto que para resaltar este dogma católico porta en su mano izquierda el niño, fruto de su vientre para el que emplea un modelo de rasgos negroide. A sus pies la media luna, propia en las representaciones españolas, elementos que en su conjunto son exponentes de aquello ha ido configurando la ‘hispanidad’.
Posiblemente fuese un tipo de representación usual en aquella época de la que existan otras estampas (Amparo en Venezuela; Inmaculada en la Piedad de Montañés), y puede incluso que hubiese un original patrón común.
El de Capuchinos ofrece una calidad excepcional frente a los otros, donde una ‘Inmaculada’ que se nombra de Tampico nos relata un hecho milagroso ocurrido sobre una ciudad que muestra a sus pies. Ésta, por numerosos detalles, ha sido identificada como Veracruz por el Museo Naval de aquella ciudad (torre del Cabildo, de la Parroquia, del Convento de San Francisco, baluarte de la Concepción, Puerta del Mar, etc.); frente a ella encontramos y la actitud amenazante de una flota de galeones con dos cubiertas y tres palos, que están hostigándola y atacándola bajo pabellón inglés (banderas anteriores a 1702). Esto ha llevado a la hipótesis de que se trate de una representación de la batalla de San Juan de Ulúa ocurrida en aquel puerto, entonces español, el 14 de septiembre de 1568 a la llegada de la flota indiana procedente de la península. El milagro fue que, tras la desbandada inglesa, éstos intentaron atacar la cercana ciudad de Tampico para conseguir agua y pertrechos, objetivos que no pudieron alcanzar pues les confundió la niebla y la labor defensiva de su corregidor. Otras interpretaciones se ha dado a lo representado y se ha querido relacionar con corsarios, piratas o ciudades idealizadas.
El emplazamiento de este lienzo dentro de la nueva seo gaditana daría repuesta a labor de difusión y conocimiento de nuestro patrimonio que lleva su Cabildo, además de dar respuesta a esa demanda de visitas, hasta ahora limita para conocer esta joya del siglo XVII; además de llenar de luz y colorido indiano el templo que se conoce como ‘Catedral de las Américas’.
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