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Carnaval en Cádiz

La Viña, un lugar con identidad

  • El pregón de Antonio Rivas abre la XLI Semana Cultural y Carnavalesca de la entidad viñera con un repaso a los recuerdos y los personajes del barrio

Antonio Rivas, ataviado de guiri, pregonó el pasado lunes la XLI Semana Cultural y Carnaval de La Salle-Viña.

Antonio Rivas, ataviado de guiri, pregonó el pasado lunes la XLI Semana Cultural y Carnaval de La Salle-Viña. / fito carreto

Lo primero que hace un guiri cuando llega a Cádiz es preguntar por El Manteca, La Viña y La Caleta, el trío del tipismo. Un guiri con acento andaluz y un gran parecido con Antonio Rivas pregonó el pasado lunes la XLI Semana Cultural y Carnavalesca de la Peña La Salle-Viña. Con el recuerdo permanente de Manolo Torres, al que se homenajeó al inicio del acto con un vídeo realizado por Germán García, de Onda Cádiz Radio, Rivas, o su homónimo, realizó un repaso por la identidad de lo que fue y lo que es el barrio de La Viña en un momento en el que la gentrificación está acabando con la solera de los barrios castizos.

Este alemán, con camisa hawaiana y maleta de ruedas, tiró de historia, y un poco de ironía, para repasar la historia del barrio viñero a partir del 40 aniversario del coro 'Los liberales de 1800', el primero de la larga trayectoria del coro de La Viña. Cuatro décadas en los que todo ha cambiado, "pero La Salle-Viña sigue".

Aparecieron recuerdos como el Hospital de Mora o el Cine Caleta, en donde en una película de Bruce Lee se le ponía en el pecho una lagartija "y parecía que Bruce Lee tenía un polito Lacoste puesto, con su cocodrilo y todo", hicieron añorar épocas pasadas. También se sucedieron otros como los dulces a diez pesetas en la calle de La Palma, los churros de la calle San Pablo, el restaurante El Arrecife, la Uchi con su bicicleta o una calle de La Rosa que "parecía un zoológico con el Bar El Periquito, la Marisquería El Pato, los pollos de El Kirikikí y Vulcanizados El Vaca", pero La Salle-Viña sigue en pie.

El alemán que representó a Rivas también repasó su relación con el barrio, aunque nunca fue viñero por vivir en la calle San Rafael. En la vertiente playera, reconoció que "mi título de caletero es más falso que el máster de la Cifuentes". En la carnavalera, confesó que con La Salle-Viña "tuve un amor platónico" desde que en un local de su padre en la calle San Rafael se ensayaron las coplas para interpretar la obra La viudita naviera en la Semana Cultural y Carnavalesca, y el coro de La Viña preparó una antología de tangos que le permitió descubrir coplas de coros como 'El sombrero de tres picos', 'Los sembradores' y 'Los jefes indios'. Incluso, relató que estuvo a punto de escribir al coro viñero tras ofrecérselo Juan Antonio Guerrero, pero unos días antes se comprometió con Adela del Moral para escribir 'Plaza Mina'. Un recuerdo por el que evocó un tango de 'La plastilina', con Jesús Romero a la guitarra.

Un pasodoble de 'Los de fin de curso' sobre la posible pérdida de solera de La Viña por su rehabilitación le sirvió de pie a Rivas para mantener la apuesta de su empresa "por los vecinos de siempre" para que se mantenga su identidad.

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