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La UCA trabaja en la producción de bioetanol a partir de residuos agrarios

Un grupo de científicos pretende producir enzimas a bajo coste, a partir del orujo de uva, la cáscara de naranja o la paja de trigo

Redacción / Cádiz

20 de noviembre 2011 - 01:00

Científicos de la Universidad de Cádiz han puesto en marcha un proyecto, integrado en el Plan Nacional de I+D+i y enmarcado en el programa científico del Campus de Excelencia Internacional Agroalimentario (ceiA3), que tiene como principal objetivo la obtención de bioetanol a partir de residuos agrarios como el orujo de uva, la cáscara de la naranja, la paja de trigo o la cascarilla del arroz. Un proceso para el que pretenden producir enzimas mediante fermentación en estado sólido, para ayudar a abaratar los costes originados dentro del proceso de producción de este biocombustible.

En los últimos años la obtención de biocombustibles a bajo coste se ha convertido en todo un reto no exento de polémica, ya que "los denominados biocombustibles de primera generación compiten directamente con los cultivos de utilización alimentaria, lo que ha originado el aumento del precio en productos de primera necesidad como la soja o el maíz", como explica el profesor Ignacio de Ory Arriaga. Este hecho, que "no es tolerable desde un punto de vista ético", ha provocado que en la actualidad "se esté buscando otro tipo de materias primas que constituyan la fuente necesaria para obtener los azúcares y después transformarlos en alcohol combustible".

De ahí, que desde el grupo de investigación AGR-203 de la UCA, denominado Ingeniería y Tecnología de los Alimentos, que dirige el catedrático Ildefonso Caro Pina, se haya decidido que este proyecto, titulado Hidrolisis enzimática de residuos agroalimentarios lignocelulósicos para bio-refinería, parta de estos cuatro residuos agrarios para obtener extractos enzimáticos útiles para la hidrólisis, primer paso en la producción de biocombustibles. La materia prima aquí está formada por "restos que generalmente suelen acabar en la basura, sin utilidad alimentaria y que son contaminantes, ya que cuesta mucho gestionarlos y tienen un fuerte impacto sobre el medioambiente", comentan sus promotores.

Para conseguir bioetanol se trabaja con materiales lignocelulósicos, es decir, están compuestos en general por celulosa y lignina, y, para que pueda realizarse este proceso, hay que disgregarlos primero mediante una hidrólisis que genere los azúcares. Para ello, "existen dos formas de actuar: mediante ataques físico-químicos (ácidos, alcalinos o térmicos) o a través de enzimas, siendo esta última opción nuestra propuesta".

Uno de los objetivos del grupo es "producir enzimas que hidrolicen bien los polímeros de la celulosa para transformarlos en azúcares".

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