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Cádiz

La UCA consulta a través de una encuesta interna el nombre del Colegio Mayor

  • El Consejo de Gobierno crea una consulta sobre si se debe mantener el de Beato Diego José de Cádiz o ponerle uno diferente

  • Este órgano tomará una decisión a partir de los resultados

Una imagen reciente del Colegio Mayor Beato Diego José de Cádiz, que ya encara el final de sus obras.

Una imagen reciente del Colegio Mayor Beato Diego José de Cádiz, que ya encara el final de sus obras. / fito carreto.

El debate sobre la idoneidad de mantener el nombre del Colegio Mayor de la UCA como Beato Diego José de Cádiz ya se encuentra sobre la mesa. Aunque de forma tibia, en el último Consejo de Gobierno de la UCA se decidió consultar este asunto a la comunidad universitaria. Esta discusión ha quedado circunscrita a una encuesta dentro de las plataformas informáticas internas de esta institución para conocer qué piensan los alumnos, el personal docente e investigador (PDI) y el personal de administración y servicios (PAS) sobre esta cuestión antes de que se tome una decisión definitiva.

Cerca de 23.000 personas pueden posicionarse sobre este asunto hasta el 15 de julio. En primer lugar, la consulta pregunta si se está de acuerdo con que el Colegio Mayor de la UCA conserve el nombre de Beato Diego José de Cádiz. Si a esta pregunta se contesta que no, se da la posibilidad a los encuestados de votar a favor de que pase a llamarse Colegio Universitario de la Universidad de Cádiz o proponer otra denominación.

Fuentes de la institución universitaria precisaron que la consulta va a servir para conocer cuánta gente está interesada en este asunto y cuál es el estado de opinión de la comunidad universitaria. Asimismo, estas mismas fuentes apuntaron que, de momento, no hay fecha para que el Consejo de Gobierno de la UCA tome una decisión definitiva a partir de los resultados que arroje esta encuesta.

Este debate no es nuevo ya que de este asunto se lleva hablando desde hace ya bastantes años. Dentro de la institución, uno de los profesores que lo ha fomentado ha sido Francisco Vázquez, catedrático del Área de Filosofía. Precisamente, Vázquez firmó en Diario de Cádiz el pasado 26 de mayo un artículo junto a los profesores Francisco Piniella y Cándido Martín a favor del cambio del nombre del Colegio Mayor. El catedrático afirmó ayer que "me parece bien que se consulte a la comunidad universitaria al respecto, pero no de esta manera".

Vázquez argumentó sobre esta postura que "antes de una consulta debería organizarse un proceso de información y deliberación pública", de manera que se conozca quién fue el Beato Diego José de Cádiz, por qué se le puso su nombre a esta residencia y cuáles son las posibilidades para denominar este edificio. El catedrático mostró su temor por que el resultado "puede ser el mantenimiento del status quo", lo que supondría que el recinto seguiría llevando el nombre del "símbolo de un enemigo de la Ilustración y de la ciencia". "Sería lo mismo que designar al Colegio Mayor con el nombre de Inquisidor Tomás de Torquemada", resaltó.

Otra persona activa en este debate es Alberto Ramos Santana, catedrático de Historia Contemporánea. Entre el listado de argumentos, Ramos Santana defendió que el Beato Diego José de Cádiz no debe dar su nombre a un centro universitario porque "se posicionó repetidas veces contra la cultura y el avance científico que representa la Universidad".

Asimismo, el catedrático tiró de Javier Herrero, uno de sus biógrafos, para apoyar su opinión, por ejemplo, en "su odio inextinguible a las doctrinas ilustradas y sus ataques a la labor científica y pedagógica de las Sociedades de Amigos del País" o el anuncio "de la venganza divina sobre los hombres por haberse dejado corromper por la filosofía del que calificó como 'siglo maldito, siglo perverso, siglo del error', refiriéndose con esos términos al siglo de la Ilustración".

El catedrático de Literatura Española y director del Grupo de Estudios del Siglo XVIII, Alberto Romero Ferrer, también está a favor de este cambio. De hecho, Romero Ferrer denunció que "estamos ante un caso de falsificación y manipulación histórica" en torno a su figura. "Era un fanático religioso de formación intelectual bastante mediocre y, aunque sus lecturas se fundamentaban en el Antiguo Testamento, la escolástica y la patrística, todo ello sólo le sirve como apoyo gerundino para su dogmatismo doctrinal", definió. Por este motivo y por otra serie de argumentos, el catedrático sentenció que su nombre "no es adecuado para nada, y mucho menos para una institución universitaria".

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