El auto judicial sobre la trama Rilco, conocido la pasada semana, ha coincidido en el análisis que sobre este tema tiene la actual dirección de la Zona Franca, pero no ha servido para solventar la grave incidencia que el desarrollo de este portal informático ha tenido y tiene sobre las cuentas del Consorcio. Rilco y, también, Quality Food, proyectos ambos desarrollados durante la gestión del Partido Popular, lastran el desarrollo económico del Consorcio tal y como reconoce su actual delegado del Estado, José de Mier, quien en una entrevista mantenida con este diario afirma que "van a hacer falta entre diez y quince años para que la Zona Franca pueda recuperarse del descalabro que han supuesto para sus resultados tanto Rilco como Quality Food".

Los planes para salir de este agujero que se vienen desarrollando desde 2005 chocan ahora, por si fuera poco, con una situación generalizada de crisis económica y de desplome en el sector inmobiliario, circunstancias que han afectado a la puesta en el mercado de más naves industriales o la llegada a suelo del Consorcio de nuevas firmas industriales y, también, al plan de venta de oficinas que se viene realizando desde hace unos meses especialmente en Cádiz capital y que, como reconoce De Mier, "va muy regular".

En todo caso, el recorte en los gastos generales, la mejora en las infraestructuras del recinto interior (pronto a terminar) y una buena política de ventas exterior, están permitiendo al Consorcio capear el temporal de la crisis económica mejor de lo esperado. En cuanto a la venta de locales, se trabaja sobre tres grandes clientes aunque ya se ha descartado la venta en bloque y sí por partes.

En todo caso, se han plegado velas y se ha optado por evitar grandes inversiones con difícil productividad y sí actuaciones con una mayor facilidad de salida en el mercado. Menciona así actuaciones en el Campo de Gibraltar o la fábrica de pastas que va a levantar en la Bahía la Harinera de Vilafranquina, además de una firma de caldedería en el Bajo de la Cabezuela, entre otras próximas actuaciones. "Cada semana nos llegan ofertas para instalarse en nuestro suelo", reconoce De Mier, que considera que la Zona Franca debe mantener lo que se llaman "operaciones ciudadana". "Siempre que no dañen al desarrollo del recinto interior no creo que sea malo porque ayudan al desarrollo de nuestra economía. Lo que han hecho daño son cosas como las de Quality o Rilco. Lo que se haga con las administraciones debe tener un fin social y ejecutarse con transparencia. Lo malo es cuando se traspasa la línea que convierte una entidad pública en una privada, trabajando con mimbres privados".

De esta forma, el Consorcio seguirá adelante en un proyecto de apostar por la reforma integral del estadio Carranza. Ya ha participado en las primeras fases de esta obra y ahora prepara un proyecto para un apartahotel y un centro comercial en la zona de tribuna, actualmente en construcción. Eso sí, primero verán si hay promotores dispuestos a sacar adelante esta actuación. Si cuentan con ellos, acudirán al concurso.