El Ministerio de Cultura vuelve a dejar de lado a la Catedral de Cádiz dentro de su plan de inversiones para el próximo 2014, incluido en el proyecto de Presupuestos del Estado presentado esta semana. Acumula así cerca de una década sin apenas recibir fondos estatales a pesar de ser uno de los grandes templos españoles que se encuentran en peor estado de conservación y que necesita de más aportación económica para solventar sus históricos problemas estructurales.

Frente a esta nula aportación el Ministerio de Cultura sí mantiene vigente su colaboración financiera en obras que se están ejecutando en otras tres catedrales andaluzas: Sevilla, Jaén y Córdoba, con una inversión global que supera los 8 millones de euros.

Habrá que esperar ahora a los presupuestos de la Junta de Andalucía, que se anuncian especialmente restrictivos en el gasto, para comprobar si la Catedral Nueva de Cádiz dispone de aportaciones públicas para poder ejecutar obras a lo largo de 2014.

Esta falta de colaboración en el mantenimiento de la última de las catedrales españolas, choca con los elevados fondos que la seo gaditana sí recibió desde las dos administraciones hace más de una década, con aportaciones que permitieron entonces sellar todo el exterior del templo, que sufría numerosas filtraciones, y recuperar varias de las capillas y las sacristías interiores. El último de los trabajos data de hace cerca de tres años.

Frente a esta falta de fondos, y las más que escasas aportaciones que se reciben de la feligresía, a pesar de existir una asociación que intenta promover actividades y trabajos en el templo, el cabildo ha planteado la ejecución de diversos trabajos de mantenimiento utilizando sus propios fondos, fundamentalmente por los ingresos que recibe por parte de los más de cien mil visitantes que recibe cada año.

Por lo pronto, uno de los trabajos prioritarios es actuar de nuevo sobre la cubierta del templo, tras localizarse varias goteras.

El plan elaborado por el arquitecto Juan José Jiménez Mata, que dirige los trabajos de restauración y de mantenimiento de la catedral desde hace un cuarto de siglo, incluye la eliminación de las hierbas que han ido creciendo en la zona, aplicando productos químicos; se limpiará de forma exhaustiva toda la cubierta así como los sumideros por donde evacuan las aguas pluviales.

También se eliminará el viejo sistema de iluminación exterior que se instaló en la década de los ochenta por parte del Ayuntamiento que ahora tendrá que estudiar la viabilidad económica de la puesta en servicio de un nuevo sistema.

Jiménez Mata ya elaboró en su día un ambicioso plan de restauración global de todo el templo, priorizando las zonas que se encuentran en peor estado, y apostando por la apertura de varias dependencias para potenciar el uso turístico del templo, que permite al cabildo sobrevivir y realizar trabajos puntuales.