La Policía recupera la corona robada a una Virgen de la Castrense

Robar a la Iglesia no tiene más penitencia que hacerlo a cualquier prójimo, pero tampoco menos si te pilla la Policía. Eso es lo que le ha pasado a un menor que está siendo investigado como presunto autor del robo de la corona de la Virgen del Carmen que se exhibe al culto en la iglesia castrense del Santo Ángel, de la capital gaditana -aunque estos días está formando parte de la exposición Los Cármenes de Cádiz. Iconografía de una devoción que ha organizado la hermandad del Carmen en el convento de la Alameda-.

Según ha podido saber este medio, el Grupo de Delincuencia Urbana de la Comisaría Provincial de Cádiz se ha hecho con la pieza, valorada en unos 2.500 euros y que hoy mismo podría ser devuelta al párroco de la Castrense.

Una vez que se denunció la desaparición de la corona de la Virgen del Carmen de la Castrense, la Policía siempre tuvo la sospecha de que el supuesto ladrón debía ser alguien cercano, algún miembro de la feligresía que podía conocer la manera de entrar en el templo y salir sin levantar sospechas.

Comenzaron a investigar y hace pocas semanas detectaron que la pieza, atractiva en círculos de coleccionistas, estaba empezando a ser ofrecida para su venta. A partir de ahí comenzaron a cerrar el círculo de posibles implicados hasta llegar a su recuperación.

De momento el principal sospechoso es un menor, aunque no descartan más imputaciones teniendo en cuenta a personas que han podido interesarse por el objeto de valor.

La Policía Nacional ha tenido la corona en depósito y una vez que parece que ha puesto fin a las investigaciones se la devolverá al párroco de la Castrense, con quien el cuerpo mantiene buena relación, no en vano el Ángel Custodio es el patrón de la Policía.

De momento la Policía no quiere arrojar más datos sobre esta recuperación, aunque es probable que hoy mismo, una vez que la corona vuelva a sus propietarios, ya accedan a aportar algunos detalles de la operación que ha terminado por recuperar la joya.

Una de las cuestiones que más preocupa a las autoridades eclesiásticas, y que supone un problema a la hora de mantener abierto los templos durante más tiempo, es su seguridad, puesto que no se puede tener una iglesia, que contiene siempre elementos de gran valor, abierta al público sin que haya algunas personas pendientes de que todo el patrimonio esté a buen recaudo. Al menos en esta ocasión el hurto ha acabado de la mejor manera, con la recuperación de la corona.