LA vivienda que se muestra en estas páginas es una vivienda muy singular por el origen inglés de su propietaria, Anna Graham, que refleja en sus espacios decorativos muchos detalles de su país de origen. Anna, que vivió gran parte de su vida en Kent (Inglaterra), conoció España en 1974 por primera vez y siempre tuvo la ilusión de tener una casa en el país. Hace cinco años decidió que esa casa estaría en Cádiz, lo que consiguió tras una larga búsqueda, adquiriendo una vivienda en la plaza de Candelaria.

La casa, que ocupa 120 metros cuadrados, se encuentra repartido en tres dormitorios, dos baños, un salón–comedor y una terraza con una gran vista a los jardines de la plaza de Candelaria. Para su decoración ha utilizado muchos muebles de herencia familiar de su casa de campo en Inglaterra, la cual los combina con textiles, en su mayoría antiguos, algunos heredados y otros adquiridos en sus numerosos viajes.

Entrada. Un mueble de pino del siglo pasado, procedente de una escuela inglesa, da la bienvenida a la casa.

La entrada de la casa es similar a la entrada de una casa de campo inglesa, donde un mueble de pino lavado procedente de un colegio inglés da la bienvenida a la casa. Sobre dicho mueble se apoya entre sus numerosos detalles y adornos un antiguo botiquín de roble junto a una lámpara modernista que da luz a la zona. En uno de los espacios de la estancia descrita se encuentra un perchero Thonet de madera, de los años veinte del siglo pasado.

El salón de la casa comunica con la terraza con vistas a la plaza de Candelaria; terraza que se encuentra decorada como una estancia más de uso, con un mobiliario de jardín. El salón tiene en una de sus esquinas un antiguo escritorio davenport inglés de principios del siglo XIX, junto a un arcón holandés también del mismo período. En la parte opuesta al arcón se ha creado un espacio decorativo con el revestimiento de una bonita chimenea escocesa de madera de principios del siglo XVIII, junto a un reloj de gran tamaño realizado en hierro. El sofá de esta estancia se encuentra cubierto por un original bordado de Birmania que representa a personas y animales en diferentes colores con fondo blanco, dando luminosidad al entorno. Entre los cuadros elegidos en esta zona se ubican unos textiles artesanales realizados por la etnia guna de Panamá, llamado Mola. Las lámparas de esta estancia son italianas, inspiradas en los años setenta y adquiridas en Inglaterra.

El comedor lo preside una antigua mesa de campo inglesa de pino de procedencia familiar del siglo XIX, acompañada de un conjunto de sillas también de madera de la época. En la parte superior de la mesa, se ha colocado como elemento decorativo una colección de azulejos de delft del siglo XVII junto a un espejo rectangular de procedencia familiar que da amplitud al espacio. En una de sus esquinas se encuentra uno de los muebles más importantes de la casa, una antigua fresquera de campo de madera que conserva todos sus elementos originales.

Entre los cuadros de esta estancia se halla una original pintura, realizada con la técnica que se utilizaba para las obras rupestres. En sus paredes cuelgan, entre sus elementos decorativos textiles, dos pequeños vestidos antiguos de Afganistán.

La cocina es una de las estancias más utilizada de la casa. Sus muebles, realizados en madera de roble, lo combinan con una gran estantería que alberga todos los tipos de menajes de uso diario. Entre sus muebles cabe destacar una mesa de cocina de madera e hierro, comprada en Vintage Corner Shop en Warwickshire. Un grupo de diferentes piezas de cerámica repartidas por sus diferentes muebles y paredes contribuyen a la decoración de esta cocina.

Unos grabados de horticultura, junto con grabados de aves realizado por Catherine Sewell, decoran los pasillo. Y junto a ello, una antigua alfombra persa de procedencia familiar que se ubica en la pared y delimita todas las zonas descritas con los dormitorios de la vivienda.