A 94 metros de altura la panorámica es impresionante. Buena fe de ello darán de ello los suscriptores de Diario de Cádiz que van a visitar mañana y pasado el edificio conocido como Pirulí, en una iniciativa conjunta de este periódico y Telefónica.

Desde el Pirulí se puede ver toda la Bahía y en días despejados se puede llegar a divisar el faro de Chipiona y el castillo de Sancti Petri en Chiclana. No hay mucha gente que tenga la oportunidad de contemplar esas vistas en 360 grados. A la contraria, si los días acompañan, este equipamiento de Telefónica puede ser avistado desde el Pico del Torreón en la Sierra de Grazalema y los montes de Gibalbín y la Sierra de San Cristóbal en Jerez.

Aunque apenas tiene 20 años de vida, este edificio ya se ha convertido en un símbolo de la ciudad. Su nombre original es el de Torre Tavira II, en honor de la torre vigía existente en el casco histórico, que hasta que se construyó la torre de Telefónica era el edificio más alto de la parte vieja de la ciudad.

Sin embargo, se le conoce popularmente como Pirulí, ya que recuerda a aquel famoso de Televisión Española en Madrid.

Esta torre es única en su diseño ya que no hay ninguna otra parecida en España, aunque Telefónica sí tiene otras importantes que son dignas de mención, como la de Zaragoza con sus 114 metros o la de comunicaciones de Montjuic que fue diseñada por el arquitecto Santiago Calatrava y que se construyó con motivo de las Olimpiadas de Barcelona en el año 1992.

El solar de 953,80 metros fue comprado por Telefónica a la Compañía Mercantil Anónima Empresa de Telecomunicaciones el 29 de diciembre de 1971. Entonces allí se encontraba la Estación Costera, que se comunicaba con los barcos por Telegrafía y posteriormente por VHF.

La gestión de la construcción de la torre se comenzó en octubre de 1987, cuando Hilario Laguna Martínez era director provincial de Telefónica en Cádiz. Este edificio es fruto de un encargo que hizo Telefónica al arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra, quien diseñó la torre recordando la apariencia de la quilla de un barco. La obra que realizó Dragados y Construcciones duró 14 meses y concluyó el 30 de junio de 1991, aunque la licencia de primera ocupación no se obtuvo hasta el 3 de marzo de 1993.

La altura de la torre sin contar el mástil en celosía que corona el fuste de hormigón es de 94 metros. El mástil es una estructura metálica de 70x70 centímetros con una longitud hábil de 20 metros. Desde la última cota del mástil hasta la cota 0 en la acera, la altura de la torre es de 114 metros.

Está comprobado físicamente que la torre tiene una ligera oscilación. Sin embargo, no está claro cuántos grados oscila cuando hay viento, aunque está calculada para que pueda soportar vientos de hasta 200 kilómetros por hora. El material con el que se construyó es hormigón armado de color blanco.

La torre dispone de cuatro plataformas abiertas en las cotas de 50, 65, 70 y 82 metros con un vuelo de 3,50 metros y una cerrada que se encuentra en los 75 y 80 negros. En su interior hay una escalera metálica de subida que llega hasta la plataforma cubierta que consta de 384 escalones, y por su centro discurre un ascensor con cabida para seis personas.

Como curiosidad, el 80% de las cristaleras, procedentes de Alemania, tuvieron que ser cambiadas porque estaban colocadas muy justas y, debido a la oscilación de la torre, que puede llegar a los 7 centímetros en los días de mucho viento, se rompían. El problema se solucionó dejándole un par de milímetros de espacio y colocando una junta de