La delegación municipal de Urbanismo de Cádiz  tiene previsto iniciar el proceso de modificación puntual del PGOU para permitir la instalación de balcones cerrados construidos en PVC, en lugar de los tradicionales de madera.

Esta medida viene siendo reclamada desde hace muchos años por vecinos y promotores, que constatan el coste elevado que tiene el mantenimiento de los balcones de madera, tanto preservando los antiguos como cambiándolos por otros de nueva construcción, además de su limitada eficacia en materia de sostenibilidad energética para las viviendas.

La propuesta municipal se centrará en permitir la instalación de balcones de PVC en fincas protegidas, donde hasta ahora estaban prohibidos. Se constata que este tipo de modelo "es más resistente, más eficiente y más económico", teniendo en cuenta que en algunas fincas con las terraza en mal estado los propietarios no podían afrontar su reforma por su alto coste.

A la vez, se destaca desde Urbanismo que "desde que se elaboró el Plan de Ordenación Urbana en 2012 la técnica de construcción y los materiales en PVC han evolucionado de forma considerable", mejorando tanto su estética, que los asemeja a la madera, como su resistencia y eficacia en todo lo referido al ahorro energético.

Hay que tener en cuenta que buena parte de estas estructuras se ubican en edificio antiguos que, en muchos casos, llevan años sin ser reformados y que por ello no son eficientes en materia de energía, sufriendo humedades y la entrada de frío desde los mismos balcones y ventanas.

Se constata, en todo caso, que todos los proyectos que se puedan presentar serán visados previamente por el área de Urbanismo "con la premisa de que no se pierda la fisonomía tradicional de estos edificios y se actúe sin control".

Este tipo de material sí se puede utilizar en las casas de nueva planta en el casco antiguo.

Junto a esta modificación del Plan, se prepara una más que se localiza igualmente en el casco antiguo.

En este caso se centra en la proliferación de piscinas en las azoteas del casco antiguo, como ya adelantó el pasado agosto este diario.

Destaca el Ayuntamiento que en los últimos años está aumentando de forma exponencial este tipo de estructuras, tanto en fincas que se han transformado en apartamentos turísticos como en edificios residenciales, rompiendo de esta forma el diseño de la tradicional azotea gaditana.

El objetivo inicial, pendiente de conocer el contenido exacto de la modificación, es que sólo puedan tener piscinas los equipamientos hoteleros, dejando fuera de esta normativa a los hostales, pensiones, apartamentos turísticos y conjuntos residenciales. Estos últimos han incluido en su mayoría este extra como complemento de las viviendas.

"Lo que antes era un proyecto ocasional ahora se está convirtiendo en una norma", indica Martín Vila, teniente de alcalde de Urbanismo. Ya el Ayuntamiento ha rechazado algunos de estos proyectos, como ocurrió en una finca de la calle Montañés, pues la piscina proyectada se había ubicado junto a la vivienda de una casa vecina, con todo el ruido que ello podía provocar.

Según destaca el teniente de alcalde de Urbanismo ya se ha trasladado esta propuesta de modificación al Colegio de Arquitectos (que debe dar el visado a los proyectos que se presentan en la ciudad) "que ha mostrado su predisposición a avanzar en esta línea".

La empresa municipal Aguas de Cádiz ha avalado también esta medida. "El agua es un bien escaso por lo que estas piscinas (en una ciudad rodeada de mar y con más de ocho kilómetros de playas) entran en conflicto con la necesidad de regular su uso", indica a su vez la concejala y presidenta de esta compañía pública, Ana Fernández.

El gobierno municipal también se plantea utilizar el mecanismo de modificación puntual del PGOU para diseñar algunas actuaciones en materia de urbanización, fundamentalmente el proyectos con un calendario a medio y largo plaza para ir potenciando la peatonalización y la mejora de las zonas ya existentes, como será todo el frente de la avenida de 4 de diciembre de 1977 y el paseo de Canalejas.