El Obispado tacha como "impropio" el comportamiento del sacerdote

Domínguez Leonsegui asegura que las medidas que se han tomado con el cura condenado se encaminan "a solucionar un evidente problema de fondo"

José Rodríguez López.
M. M. A. / Cádiz

30 de septiembre 2011 - 01:00

El Obispado de Cádiz reconoció ayer mediante un comunicado sentirse "consternado" por lo sucedido con el vicario de Santa Cruz, José Rodríguez López, condenado por un robar ropa en un centro comercial de la capital gaditana, en cuyo lugar ya había sido denunciado hasta en dos veces anteriores por intentar sustraer otros artículos.

El comunicado viene firmado por el vicario general del Obispado, Guillermo Domínguez Leonsegui, y en el mismo se reconoce que se trata "de un comportamiento del todo impropio de un sacerdote". Asimismo, dejó claro que este tipo de actitudes es "extraño entre los miembros del clero de esta diócesis".

Domínguez Leonsegui viene a confirmar lo publicado por este periódico en el día de ayer y es que le han sido retiradas las licencias ministeriales por lo que se le ha dejado sin funciones, de manera que no podrá dar ninguno de los sacramentos ni ejercer, por ejemplo, como director espiritual de las hermandades de Sanidad y Perdón en Santa Cruz.

Así, Domínguez Leonsegui asegura que las medidas que se han tomado van encaminadas a solucionar "un evidente problema de fondo para que comportamientos de este tipo no se repitan por parte de esta persona". Mientras que esto ocurre tendrá las citadas licencias ministeriales suspendidas.

Fuentes consultadas por este periódico señalan que el comportamiento del sacerdote puede venir producido por una enfermedad de carácter psicológico.

El Obispado también ha pedido perdón a cuantas personas "se hayan podido sentir escandalizadas y ofendidas por este hecho".

José Rodríguez López fue condenado a pagar una multa que no llega a 800 euros por el intento de robo de dos camisas, un abrigo y un jersey, todo ello valorado en 1.200 euros. El sacerdote forzó las alarmas con unas tenazas y el ruido que formó en la operación fue lo que hizo sospechar a los empleados del centro comercial. Una vez que salió fue identificado por uno de ellos como la misma persona que hace dos años fue denunciado al intentar sustraer una pluma estilográfica valorada en 400 euros. José Rodríguez López era una persona muy conocida en el entorno de Santa Cruz.

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